viernes, 20 de junio de 2008

DISCURSO INICIAL EN LA PRESENTACIÓN DEL CERTIFICADO CRESE DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL EN EL ESTADO DE MÉXICO

DISCURSO INICIAL EN LA PRESENTACIÓN DEL CERTIFICADO CRESE DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL EN EL ESTADO DE MÉXICO Y ENTREGA DEL CERTIFICADO A PRODUCTOS ALIMENTICIOS LA MODERNA.
EVENTO REALIZADO EL 9 DE MAYO DE 2008.


Mesa del presidium:
Ing. Luis Eduardo Olivera (fundador y director de ER), Lic. Mauricio Checa (Pdte Consejo Consultivo), Sr. Jorge Espinosa (Secretario Técnico), Lic. Rolando Rivera (Asesor Jurídico), Dr Guillermo Arroyo (Miembro del Consejo Consultivo), Contador Salvador Rojas (MCC), Ing. Marco Antonio Macin (MCC), Pbro Ramón Mares (Experto en Doct. Social de la Iglesia), y un servidor Ricardo Padilla C (MCC).
Nos honra presentar a nuestros invitado especiales, el Exmo. Señor Obispo de Toluca, Mons. Francisco Xavier Chavolla Rámos. y representando al Gobernador del Estado de México, el ing. Carlos Mayer Herreros.

Y doy también la bienvenida a un invitado muy especial, usted. Y, claro, a nuestros amigos de la Prensa.

Estamos hoy reunidos para presentar el Certificado de Responsabilidad Social Empresarial CRESE.
Así mismo, tenemos el honor de entregar el primer certificado CRESE a una gran empresa, cuya cultura corporativa se afianza en los sólidos principios, tanto de orden temporal, como del trascendente. Y este éxito tiene un rostro… les ruego un fuerte y muy merecido aplauso a don Eduardo Monroy, Presidente del Consejo de Admón. de Grupo La Moderna.

Hace tan sólo una semana celebramos el día del trabajo, los eventos conmemorados el primero de mayo resultan importantes para la historia del pensamiento empresarial. Un capitulo de la historia del progreso social deviene con avances en comunicaciones, tecnologías de producción y la especialización de los trabajadores en todos los niveles; el ritmo global de nuestra vida toda ha proporcionado a las empresas un ímpetu competitivo sin precedente.
Precisamente ese ímpetu competitivo impulsa a las empresas a expandirse, crecer y consolidarse en nuevos y mayores mercados, cruzando muchas veces las fronteras nacionales y en algunos casos llegando, literalmente, al otro lado del mundo.

A la par de los cambios competitivos del mercado, las sociedades se transforman, también lo hacen las ideas y los pensamientos. Así, nuestro concepto de bienestar social puede confundirnos. Hoy, el concepto de bienestar social, debe ser definido teniendo en su centro a la persona.

Desde hace algunos años comenzamos a escuchar de Responsabilidad Social Empresarial o RSE, tema en el que no pocas instituciones y empresas mundiales han puesto su empeño. La RSE no es sólo una moda o la consecuencia de una economía fuertemente entrelazada a nivel mundial, la RSE es mucho más. Constituye una evolución en el pensamiento empresarial, para ella la empresa, la institución, ya no es una simple consecuencia del modelo social o económico en el que actúa cotidianamente, sino más bien, y esto es muy importante, la empresa se ha convertido en el actor, el partícipe, elemento clave que ayuda y es responsable por la evolución de la sociedad, de la economía, del mundo. Es decir, a través de la Responsabilidad Social Empresarial, la empresa se convierte en pilar de la sociedad y de su desarrollo.

El tema es reciente, ello se hace patente desde el momento en que se busca definir la RSE, pues son varios los autores, las instituciones y los interesados en el tema quienes han aportado elementos para insuflarle cuerpo y espíritu, como Sebastian Cox y Xavier Dupret señalan: “la Responsabilidad Social Corporativa aborda una multiplicidad de ámbitos: bienestar de los trabajadores, igualdad en los procesos de selección del personal, conflicto de intereses, propiedad intelectual, privacidad, discriminación en el lugar del trabajo, uso de energía no contaminante, ahorro de energía, competencia, relaciones con la comunidad, etcétera”(1). Por consecuencia el consenso en la definición se complica, sin restar por esto nada al concepto en sí, pues abarca los elementos señalados y muchos más.

Hace más de dos décadas, en 1987, Juan Pablo II escribía en su encíclica “La preocupación social de la Iglesia” que "El desarrollo es el nuevo nombre de la paz". En este documento, el Pontífice aseguraba: "el proceso del desarrollo (de los pueblos) se concreta en el ejercicio de la solidaridad, es decir, del amor y servicio al prójimo, particularmente a los más pobres".

Por su parte, el recientemente fallecido (2005) y muy conocido consultor de empresas Peter Druker decía: “la solución de los problemas de la empresa conformará el sistema bajo el que tendremos que vivir”. Así mismo, Michel Camdessus, ex director del Fondo Monetario Internacional, comentaba que “a la mano invisible del mercado hay que acompañarla de la mano de justicia del Estado y la mano solidaria de la sociedad”. Son muchas las personas, o quizá sea mejor precisar, los personajes que han hablado de este tema.

Se trata, como podemos ver, de un asunto que viene cocinándose de tiempo atrás el cual despierta el interés de intelectuales, empresarios, líderes de toda índole, gobiernos y diversos actores sociales. En el caso de nuestro país, son diversas las entidades interesadas en la materia, entre ellas Empresa Responsable A.C.

Hace varios años que se gestó de inicio la idea de CRESE, y ya suman dos que nació Empresa Responsable, una asociación civil inspirada en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, en la que buscamos ofrecer una propuesta viable para que empresarios, católicos o no, apliquen exitosamente estos principios en sus negocios, con sus trabajadores y en sus comunidades. En aquel momento consideramos que la mejor estrategia de promoción para estos principios sería la entrega de algún reconocimiento, en este caso el CRESE Certificado de Responsabilidad Social Empresarial. Lo decidimos porque estamos convencidos de que en la misma medida en que las empresas se centran en las personas, en la misma medida en que se vuelven más humanas, por lo menos en esa misma medida son más rentables.

En aquel entonces nuestra preocupación giraba en torno a que estos principios, o mejor dicho a que su fuente, la DSI no fuera la mejor carta de presentación, sobre todo ante aquellas personas que no comparten nuestra misma fe y por quienes sentimos un gran respeto. Tras una profunda meditación y reflexión nos dimos cuenta de que precisamente ese respeto nos imponía aceptación, pero más aún, que la aceptación total de nuestra base filosófica es un ejemplo de transparencia y honestidad hacia dentro y hacia fuera de nuestra organización. Una vez resuelto esto, nos abocamos a explicar de una manera seria, profunda y respetuosa porque la DSI, aplicable a todas las personas de buena voluntad, es la base perfecta para la Responsabilidad Social. Al final los resultados nos dan la razón.

En Empresa Responsable ofrecemos una guía de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) basada en los principios del respeto a la dignidad de las personas, la solidaridad, la subsidiaridad y el bien común son las directrices fundamentales. Se trata en todo caso de una guía sencilla, altamente exigente, pero viable, prueba de ello es la certificación de Grupo La Moderna, una empresa orgullo y ejemplo nacional e internacional, así que, una vez más: en hora buena.

En ERAC confiamos en que al ejemplo de Grupo La Moderna seguirán muchos más, confiamos también en que los empresarios encontrarán que la búsqueda de la rentabilidad a través de la Responsabilidad Social Empresarial los llevará a una plena realización de su papel como los líderes sociales que son, pero más importante aún, estamos seguros encontrarán en ella un camino de realización personal, y un medio eficaz para que en toda persona humana sea reconocida la altísima dignidad que su ser le confiere. La cultura de la confrontación y la lucha de clases, se enfrenta hoy con una propuesta basada en el principio del amor. Y hoy nosotros estamos llamados a ser instrumentos del amor. Y vamos a ganar, porque el amor triunfa siempre.

Muchas gracias.