jueves, 18 de diciembre de 2008

Exhortación Pastoral sobre la seguridad integral de nuestra comunidad

EXHORTACION PASTORAL
SOBRE LA SEGURIDAD INTEGRAL DE NUESTRA COMUNIDAD

“NUESTRA SEGURIDAD DEPENDE DE TODOS”

Introducción
Con mi fraterno saludo, me dirijo, como Obispo de la Iglesia de Toluca, a toda persona de buena voluntad que se interese por el bienestar, el progreso, la armonía, la seguridad y la paz en nuestro México.
Me dirijo específicamente también a Ustedes, mis hermanos y hermanas los católicos de esta Iglesia de Toluca, para llamarlos a reflexionar sobre el ambiente, actitudes y hechos de violencia, inseguridad y crimen, a fin de que a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio eclesial, nos organicemos y participemos en la búsqueda comprometida de soluciones y estrategias solidarias para revertir la inhumana situación imperante.

I.- NUESTRA RESPONSABILIDAD ANTE LA REALIDAD DE VIOLENCIA, CRIMEN E INSEGURIDAD

Nuestra seguridad personal, social e institucional está siendo amenazada de distintas maneras. Las Autoridades Nacionales y Estatales han propuesto programas y estrategias para prevenir y superar estas amenazas.
Han solicitado de la ciudadanía y de Instituciones, Asociaciones de toda índole. Entre éstas se encuentra nuestra Diócesis, que fue invitada a participar. Esta Exhortación Pastoral es una manera de expresar nuestra solidaridad con nuestro Pueblo y con sus Autoridades.

- Observación de nuestra realidad-
He podido observar las frecuentes manifestaciones de agravio y riesgo para las personas, grupos e instituciones, que se manifiestan en el crimen organizado que ha generado múltiples vejaciones, asesinatos, secuestros y “levantones” que se multiplican. El narcotráfico y, específicamente, el narcomenudeo van extendiendo sus tentáculos hasta infiltrarse en las escuelas y en nuestros hogares. Las violaciones, deshonestidad, corrupción, extorsión e incongruencias de todo tipo, se van haciendo, desgraciadamente, más frecuentes y comunes. La opresión en todos sus aspectos, la inseguridad y la desconfianza generalizada, van difundiéndose como una nueva anticultura corrosiva que destruye los valores y principios humanos.
En nuestra Patria se extiende esta contaminación criminal por muchos lugares, incluido nuestro Estado, lacerado también por el crimen y corriendo toda clase de riesgos, ante las amenazas persistentes de secuestros en distintos ambientes.
Esta situación nos interpela a todos, nos demanda atención y compromiso, a partir de una toma de conciencia objetiva, ante las circunstancias. También nos obliga a buscar unidos una solución, con un esfuerzo común. De ahí que la violencia y el crimen, por la forma que se difunden, constituyen para nosotros el desafío de hacernos corresponsables, con las Instituciones Gubernamentales de todos los niveles, de nuestra propia seguridad: “NUESTRA SEGURIDAD DEPENDE DE TODOS”.
Mi deber de Pastor de esta comunidad diocesana, es llamarles, a una reflexión seria sobre esta realidad, a mirarla con los ojos, la mente y el corazón del Buen Pastor, para asumirla y descubrir aquello en que Él mismo quiere que nos comprometamos.
Además, debo insistir que en todo momento es necesario que demos el primer lugar a una insistente oración por la paz, la armonía y la seguridad en nuestra Patria.

II.- NUESTRA REALIDAD DE VIOLENCIA, CRIMEN E INSEGURIDAD, A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS.

A. Diálogo del Señor con Caín, el hermano de Abel, y con nosotros.

1. El egoísmo, raíz del fratricidio.

El egoísmo humano hace su presencia desde los inicios de nuestra convivencia fraterna. Nos lo expresa así el diálogo de Dios con Caín cuando éste acababa de matar a su hermano Abel:
“Entonces el Señor le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?”
Y Caín contestó: “No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?”
El Señor le dijo: “¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia. Por eso te maldice esa tierra que se ha abierto para recibir la sangre de tu hermano que tu mano derramó” (Gen. 4, 9-11).

Es la pregunta que el Señor dirige a Caín es una pregunta que también nos interpela en nuestra interioridad, en lo profundo de nuestra conciencia; no es sólo para quienes han cometido crímenes o desatado la violencia, buscando el beneficio de su propio egoísmo, vorazmente el económico, provocando toda esta embestida incalificable de injusticia, violencia e inseguridad.

Dios quiere llamarnos la atención para que afrontemos lo que hemos hecho de nuestro hermano: descuidar su educación, su formación en los valores, la solidaridad que promueva, asuma y defienda el bienestar de la comunidad; el ejercicio honesto de la justicia y cuanto requiere la sociedad entera, para su felicidad y fraterna convivencia.

2. ¿Estamos multiplicando el crimen de Caín?

El relato del crimen perpetrado por Caín no es una historia muerta; ni solamente la denuncia de un hermano fratricida. Es la circunstancia criminal que hoy se repite de distintas maneras, cuando algunos, llevados por el egoísmo, la envidia y la frustración, permiten desatar desde dentro de ellos la violencia, el crimen y la inseguridad y, en consecuencia, no respeta la vida de su hermano.
La narración del Génesis nos transmite algo mucho más profundo y real: establece el origen y la paternidad del egoísmo, también del que es ejercido por grupos y colectividades. Dicho de otro modo: muestra la calidad maldita, el origen perverso de los grupos de poder opresor o claramente criminal, que tanto daño han causado y siguen causando a la humanidad.

Al reflexionar así, encontramos el llamado a entender cómo el egoísmo humano, disfrazado de muchas formas, es, en definitiva, el responsable de los grandes males y fracasos de la historia de los pueblos y de la humanidad.
La libertad es el mayor de los dones que hemos recibido de Dios, evidentemente después de la vida. El mal uso de este don nos conduce al libertinaje, al crimen y a la destrucción del hermano, como lo hizo Caín.

Otro don singular que hemos recibido es el amor, constitutivo indispensable de nuestra libertad. La destrucción del amor es el egoísmo. La libertad sin amor es instinto, desorden (fuera de todo orden: natural, personal, familiar, social, institucional, jurídico, constitucional, moral o espiritual), en una palabra: libertinaje.

Viviendo la libertad en el amor y el amor en la libertad, nos realizamos y damos vida; damos también sentido y contenido de vida a aquellos con quienes nos relacionamos, los hermanos y, de igual manera, con cosmos. Quien procede mal es un egoísta y no ama; porque quien ama ha comprometido su libertad para realizarse en la solidaridad y la felicidad con los demás, haciéndoles el bien.

¿Qué has hecho de tu hermano? Sigue siendo un interrogante para nosotros en el mundo de hoy.

La centralidad del acontecimiento de Caín, esclavo de su egoísmo instintivo y desordenado, nos lleva a descubrir su descendencia maldita, el origen de la perversión en las personas, grupos, instituciones o estructuras de poder, que provocan la destrucción criminal.

Quienes asumen estas actitudes delictivas son responsables de tanto desastre y opresión sobre pueblos, familias y personas. Éstos continuarán en su poder hasta que los creyentes comprometidos seamos capaces de proponerles el Evangelio invitándolos a superar sus actitudes egoístas, para que juntos vivamos una sincera conversión que surja de lo más profundo de nuestra libertad y nos lleve a vivir fielmente el mandato del amor (cfr. BIBLIA DEL PEREGRINO, Notas a Génesis 4, 1-16, de L. A. Schökel).

3. ¿Quiénes son, o somos, los nuevos Caínes?

Cualquier actitud egoísta, desde sus expresiones más sencillas o sutiles, como lo es negar el saludo, la falta de civilidad, urbanidad o comedimiento, la indiferencia y rechazo, la prepotencia y el orgullo, hasta los odios, venganzas, despojos y particularmente el crimen fratricida, nos lleva a ser una expresión viviente del “Caín actual”.

Tú que formas parte del crimen organizado, escucha lo que te dice el Señor: “Caín, Caín, ¿qué has hecho de tu hermano?” ( cfr. Gen. 4, 9-10).

Ustedes señores que han malversado lo valioso de su inteligencia y otras cualidades, para usar las armas contra sus semejantes, escuchen la pregunta que les dirige Dios:
“Caín, Caín: ¿Qué has hecho de tu hermano?”

Quienes han asesinado o mandado asesinar o se han hecho cómplices en el asesinato de alguien: “Caín, Caín: ¿Qué has hecho de tu hermano?”

Aquellos que han vendido y traicionado a alguien para ser ejecutado: “Caín, Caín: ¿Qué has hecho de tu hermano?”

Ustedes, narcotraficantes, secuestradores y corruptores de menores, escuchen también la voz de Dios en su conciencia: “Caín, Caín: ¿Qué has hecho de tu hermano?”
Jueces, servidores de los ministerios públicos, o policías y agentes de seguridad que se han dejado corromper: “Caín, Caín: ¿Qué has hecho de tu hermano?”
Todos en la sociedad, incluidos quienes formamos la Iglesia Católica, que nos dejamos dominar por actitudes instintivas de egoísmo, siendo negligentes o indiferentes, simulando desconocimiento o manteniéndonos en silencio y sin compromiso ante la problemática de violencia, crimen, injusticia e inseguridad que aqueja a nuestro hermano en la sociedad actual. En definitiva, a todos, Dios, “que está más en nuestra intimidad que nosotros mismos”, nos cuestiona personalmente y como comunidad eclesial diocesana: Ustedes, los discípulos y misioneros de mi Hijo Jesucristo, “Caín, Caín: ¿qué han hecho de su hermano?”.

B. Asumir el Evangelio de la Vida, en la libertad y el amor.

El valor de la vida humana siempre ha sido reconocido por la Iglesia, a partir de la enseñanza y testimonio vivo de Jesucristo.

“La gloria de Dios es la vida del hombre”, escribió San Ireneo desde los principios de la Iglesia (Adv. haer. IV. 20. 7). La vida humana es una participación de la “Vida” de Dios quien, por amor, quiso compartirla libremente con su creatura, el hombre. La cultura de muerte en que nos estamos hundiendo poco a poco, personalmente y como pueblo, a causa de nuestra egolatría, es una forma de negarle a Dios, en nosotros, la gloria que le es propia.

La Iglesia siempre ha anunciado el “Evangelio de la Vida” proclamando la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, destinado a una vida plena y perfecta en el amor y la libertad (cfr. Evangelium Vitae, 7). Ha defendido que la vida pertenece sólo a Dios y únicamente a Él corresponde darla o quitarla (cfr. Sal. 32; EV. 9). Ha sostenido, proféticamente, que la vida de cada hombre es “sagrada” porque es de Dios, quien la ha creado y es su origen y destino, su fuente y su meta de realización y plenitud gloriosa (cfr. Gen. 1, 27; 2, 7).
Por si esto fuera poco, el Hijo Dios, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, al encarnarse en María, acentuó aún más claramente el carácter sagrado de la vida humana: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn. 1, 14). Él nos revela cómo el Reinado de Dios (la felicidad que nos viene de Dios), es un Reinado de vida para la dignificación de todos los seres humanos: “Yo vine para que tengan y la tengan en abundancia” (Jn. 10, 10)

En tiempo de Cristo, como hoy, muchas personas sufrían y soportaban grandes violencias contra la vida humana: los pobres, los enfermos, los pecadores, las mujeres, los huérfanos, los extranjeros… La marginación, el descuido, el sufrimiento que soportaban, conmueven su corazón y suscitan en Él una profunda compasión. Su amor compasivo, misericordioso y comprometido, es su respuesta (en primera persona) ante la vida amenazada y violentada: ¡optó a favor de la vida! “Por eso la evangelización no estará plenamente realizada hasta que impregne el corazón de la cultura de nuestras comunidades y transforme nuestra sociedad por el camino de la verdad, la justicia, la libertad, la solidaridad y la paz”, como lo he afirmado desde mi primer saludo como su pastor, al llegar a entregar mi vida por ustedes, en esta amada Iglesia de Toluca (Mons. F. J. CHAVOLLA R. Saludo, Toma de posesión, 12. feb. 2004).

III.- NUESTRA RESPUESTA COMO IGLESIA ANTE LA VIOLENCIA, EL CRIMEN Y LA INSEGURIDAD.

A. Con la fuerza transformadora del Evangelio

La Iglesia, familia de Dios, impulsada por el Espíritu Santo, tiene como misión fundamental construir, con la fuerza transformadora del Evangelio, el Reinado de Dios en el mundo, un Reinado de paz, amor, justicia, solidaridad, perdón, reconciliación...

El compromiso con Jesucristo por esta misión que la Iglesia ha recibido de Él, se hace cada vez más urgente en nuestra Diócesis de Toluca, cuando cada día aparecen con más frecuencia, en nuestro entorno, realidades que, por un lado atentan y destruyen la cohesión social pisoteando la dignidad humana de un buen número de personas; y por otro, corrompen y dividen a los ciudadanos a grado tal, que la inseguridad y desconfianza de unos hacia otros se ha agudizado.

Este clima de inseguridad y desconfianza ha puesto en crisis el estado de derecho, así como los sistemas de seguridad y justicia de nuestro País y de nuestro Estado. Muchos conciudadanos han perdido por completo la confianza en aquellas Instituciones que fueron creadas para defenderlos, ya que algunas personas en ellas, se encuentran involucradas de manera absurda o, a veces, irremisiblemente intimadas y orilladas a la corrupción. Responden más cómodamente al egoísmo de sus intereses económicos y políticos individualistas, que a los intereses y derechos de los ciudadanos. En muchos de estos casos es decisiva la presión de una oferta económica.
La economía y la política no pueden estar por encima de la dignidad de la persona, la cual ha sido creada por Dios y está llamada a la felicidad. La alternancia política que vivimos, en nuestro país, nos exige la búsqueda de caminos que nos conduzcan a una verdadera reforma de nuestras Instituciones en todos los órdenes y que nos ayuden a consolidar una cultura de la vida, de la legalidad y del respeto a los derechos humanos.

1. Somos a la vez ciudadanos y católicos

En esta tarea, que nos incumbe a todos los conciudadanos, la Iglesia católica tiene responsabilidad por lo que hace o deja de hacer, dado que también es gestor social, puesto que sus miembros somos a la vez católicos y ciudadanos.
De ahí que nada de lo que atañe a lo verdaderamente humano puede ser extraño a los cristianos que formamos la Iglesia católica, puesto que nuestra misión personal y eclesial es continuar la obra de Jesucristo (cfr. Mt 28, 20). En este sentido y ante las circunstancias que estamos viviendo, como discípulos del Señor, nos sentimos solidarios con las víctimas de la violencia, el crimen y la inseguridad, y con sus familiares, en sus dolores y sufrimientos. Además hemos de alentar todos los esfuerzos que se emprendan de manera justa, para remediar en lo posible estas injusticias.

2. Súplica al Dador de todo don.

Alabo, y pido Dios, Dador de todo don, que bendiga a quienes realizan esfuerzos y acciones concretas, de personas o Instituciones, públicas y privadas, emprendidas con responsabilidad y valentía, a veces a costa de su propia vida, a fin de superar el grave problema del narcotráfico y la inseguridad.
En nombre de Cristo, “nuestra paz” (Ef. 2, 17), invito a los católicos y personas de buena voluntad, como lo están pidiendo las Autoridades civiles, a que nos unamos en un frente común, para alcanzar este objetivo: participar de manera activa y responsable en la concreción del acuerdo para la seguridad integral de los mexiquenses.

La tarea de la Iglesia no puede limitarse al culto. Su esencial acción evangelizadora ha de ser la buena levadura que transforme, no sólo los corazones de cada individuo, marcados por el pecado y llamados a la conversión, sino también las estructuras de nuestra sociedad que atentan contra la dignidad humana de la persona y sus derechos.

3. En sintonía solidaria con los Acuerdos oficiales

La petición expresa de colaboración que las Autoridades nos ha hecho en el Acuerdo Estatal para la Seguridad Integral de los Mexiquenses y, lógicamente, en el Acuerdo Nacional de Seguridad, me hace presentar este llamado, de manera respetuosa pero firme, a toda la sociedad civil, creyentes o no, invitándolos fraternalmente a que se involucren en las acciones determinadas por estos acuerdos. Insisto a todos mis amados feligreses diocesanos, que nos unamos para participar solidariamente en este esfuerzo a favor de la seguridad y la reconstrucción de la paz y la armonía. Inicio este llamado, a través de estas líneas, dirigiéndome a mis más cercanos colaboradores.
B. Invitación a los distintos sectores del Pueblo de Dios, en esta Iglesia particular de Toluca
1. A mis hermanos sacerdotes del Presbiterio de Toluca
- Testimonios ejemplares-
Me vienen a la memoria testimonios ejemplares de Sacerdotes que en la historia de la Iglesia universal, en México y en nuestro Estado, han luchado en defensa de los derechos humanos de nuestro pueblo, de este pueblo al que pertenecemos: Fray Bartolomé de las Casas, Fray Antonio de Montesinos, el Obispo Don Vasco de Quiroga -mejor conocido como “Tata Vasco”-, que fundó el Pueblo de San Pedro Tultepec, México; el distinguido mexiquense San José María de Yermo y Parres, que decidió dedicar su vida a la asistencia de los más pobres, cuando fue llamado por Dios, al ser testigo de cómo un cerdo se tragaba el cuerpo sin vida de un niño. El P. Miguel Agustín Pro quien se multiplicaba ofreciendo su servicio y su vida sacerdotal, sosteniendo la fe y la esperanza de muchos hermanos creyentes, durante la persecución religiosa. El testimonio ejemplar del Padre Juan Morán hijo de nuestra Iglesia diocesana, que en San Pedro el Alto, Méx., hoy perteneciente a la jurisdicción de la Diócesis de Atlacomulco, ofrendó su vida y su sangre por defender la dignidad de la mujer y de los indígenas mazahuas. El P. Urbano Ortiz quien, en San Pedro Tenayac, Temascaltepec, Méx. quien, encarnado en la problemática de su comunidad y sensible a sus necesidades, promovió, trazó caminos y trabajó por construirlos para facilitar la comunicación entre las comunidades y ayudó al progreso integral de la población.
Siguiendo la línea que asumimos en el proceso de la misión evangelizadora permanente, que nos quiere llevar de una fe basada en el encuentro personal y el conocimiento profundo de Cristo, a una fe celebrada en la Eucaristía y vivida en el compromiso con el hermano, los convoco a que no escatimen esfuerzos ni recursos para implementar, en nuestras Parroquias, Equipos Animadores de Pastoral Social. Esfuércese por formarlos siguiendo fielmente los lineamientos de la Doctrina Social de la Iglesia; capacítenlos de manera que puedan ofrecer competentemente, en cada ranchería, barrio, calle o vecindad, talleres que promuevan la cultura de la legalidad, la participación ciudadana, la denuncia, los derechos humanos, los valores y la prevención de la farmacodependencia.
- Necesidad de renovación personal y comunitaria-
Mi esperanza es que, por este medio, entremos todos en una dinámica de renovación personal y comunitaria que poco a poco repercuta en nuestras estructuras sociales marcadas por el pecado del egoísmo; que no descansemos hasta formar comunidades de laicos capacitados para generar propuestas sólidas que influyan incluso en las estrategias y políticas públicas, incidiendo responsablemente, con los valores cristianos, en los diversos ámbitos de nuestra sociedad.
- La acción pastoral desde nuestras parroquias-
También les pido que, desde las parroquias, en los programas de evangelización y catequesis, se esfuercen por orientar a los niños, jóvenes, adultos y familias, hacia la aceptación consciente y responsable de los valores humanos y cristianos. Ayúdenles también a cultivar el sentido de la legalidad, solidaridad, denuncia responsable, justicia, respeto a los derechos de los demás, prevención de adicciones y participación ciudadana.
Motiven a los Agentes de pastoral de la Parroquia (miembros de sus Consejos, Asociaciones, Movimientos, Grupos, Pequeñas comunidades…), a que tengan en cuenta en sus Planes y Programas, los criterios de esta Exhortación Pastoral. Estos criterios tendrán más eficacia si son aceptados con su carácter de transversalidad, es decir, que estén presentes y asumidos en toda acción pastoral.
- Pastoral de Rehabilitación-
De manera insistente y cordial, les exhorto a establecer vínculos directos de colaboración mutua con aquellas Asociaciones que, en nuestro territorio diocesano, respetando la dignidad humana de cada persona y sus derechos, se dedican a prevenir la drogadicción o la farmacodependencia y a remediar sus consecuencias.
Apoyo y bendigo de un modo especial, al Centro de Rehabilitación para Toxicómanos del Estado de México A.C. (CERTEMAC) atendido, desde hace varias décadas, con visión profética y testimonial de caridad pastoral, por el Padre Alfonso Carmona Ovando y un significativo número de voluntarios, sacerdotes, religiosas y laicos, que han entregado gran parte de su vida para ayudar a muchas personas a liberarse de las cadenas de la droga. Igualmente a los demás Centros que realizan con tanta abnegación esta misma tarea. A todos ellos pido estén en disposición de compartir su experiencia y conocimientos con los grupos, personas o parroquias que lo soliciten, a fin de promover y ampliar la atención y prevención de la farmacodependencia.
Al mismo tiempo, les ruego exhortar a los fieles de esta amada Diócesis, a que apoyen, material y moralmente, a las Instituciones o Asociaciones que, que con autenticidad y honestidad, se dedican a atender de manera efectiva, a quienes han caído en la drogadicción. Sin perder de vista que alguno de los nuestros puede necesitar esta ayuda.
-Profetas, pastores, guías, amigos y hermanos-
¡No tengan miedo! Recuerden que Dios nos ha puesto como Profetas, para anunciar, corregir, destruir, edificar y plantar; como Pastores para alimentar y sanar, para buscar y cargar sobre los hombros a quien llevamos de regreso a la casa del Padre; como Guías o Líderes, seguidores de Jesucristo, para ir delante del Pueblo por el camino de la verdad, la justicia, la solidaridad, la fraternidad, el amor y la paz; como Vigías para cuidar sus vidas, advertir el acecho de los lobos y ladrones de hoy y prevenir su seguridad; como Amigos y Hermanos para establecer la comunicación sincera, la relación fraterna, la caridad pastoral, la convivencia y comunión en Jesucristo. ¡No tengan miedo! ¡Cristo resucitado es nuestra fuerza! ¡Él ha vencido y vencerá!
2. A los Miembros de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica:
- Una vida con frutos-
Entre nosotros el Señor ha sembrado la semilla de la Vida Consagrada para hacer presente su amor preferencial hacia los pobres, enfermos y necesitados de educación y formación integral. Entre los distintos ejemplos que tenemos destacamos la entrega y el carisma para la educación que el Espíritu Santo concedió a la Venerable Madre Julia Navarrete Guerrero, fundadora de las Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María, quien por muchos años vivió en el Colegio Montessori de Toluca, donde murió santamente en 1974. La Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, vino personalmente a Toluca para establecer una de sus Comunidades, que ha venido atendiendo día a día, desde hace tres décadas, “a los más pobres de entre los pobres”. La Madre Francisca de la Encarnación Cortina Mendoza, apoyando la inspiración de Monseñor Sebastián Berumen Silva, fue cofundadora de las Misioneras de San Juan Bautista, dedicándose a la evangelización, a través de las misiones populares, la educación y la formación humana y cristiana de apóstoles seglares en las casas-misión.
-La unión con Cristo, raíz del amor fraterno-
Toda la grandeza de la caridad de estos hombres y mujeres comprometidos con las personas, brotó de su íntima unión con Cristo y de su respuesta generosa al llamado que el Maestro les hizo a seguirlo en su caminar, hasta compartir con Él su mismo destino, pasión, muerte y glorificación.
4. A los fieles cristianos laicos de esta Diócesis.
-Testimonio de laicos comprometidos-
Nuestra Iglesia Diocesana ha contado también con el ejemplo de laicos comprometidos que, desde diferentes ámbitos y estructuras, condiciones y posibilidades, han luchado y siguen luchando por construir el Reinado de Dios en nuestro País, en nuestro Estado y en nuestra Diócesis. Sus logros e ideales se han mantenido en el silencio; algunos se han perdido por la fuerza de la imperante cultura de la muerte, del individualismo y de las formas de valorar la vida que predominan en este cambio de época.
Desde nuestra realidad diocesana, podemos recordar al Dr. Aurelio Arratia Paz, quien dedicó buena parte de su vida y de sus bienes para capacitar y educar a un buen número de campesinos de nuestra Diócesis y de varias otras, hasta que Dios lo llamó a su presencia. Con él, podemos recordar también a la señora “Elenita” Salgado de Roth, mujer apostólica, generosa y entregada, quien no sólo apoyó materialmente a la Iglesia diocesana con el terreno para la “Casa del Apostolado Seglar”, sino que ella misma impulsó directamente, junto con D. Alfonso Gómez de Orozco, las colectas en las distintas Parroquias de la Diócesis, hasta ver concluida su construcción destinada a la formación de apóstoles seglares. Es justo reconocer que lo más sobresaliente de su testimonio, como discípula y misionera de Jesucristo, es que, con su ejemplo, impulsó la vida apostólica de los laicos, dedicándose a la catequesis y misiones periódicas en las comunidades más necesitadas y alejadas de la ciudad, para promover en ellas la dignidad de la persona humana, los valores y la vivencia fiel de hijos de Dios en lo cotidiano de la vida.
Con ella, la Sra. Natalia Nogueira de Ramírez y la Srita. Rosita María Mercado González, sus compañeras, apostólicas y abnegadas, con muchos otros miembros de la Acción Católica, entre ellos los Srs. Antonio Caballero y Manuel Merino, quienes, durante varias décadas, desde la fundación de nuestra Diócesis, fueron expresión viva de la fuerza y dinamismo apostólico de los fieles cristianos laicos.
-Unidos en la construcción de una nueva sociedad-
Las actitudes de cada uno de estos hermanos nuestros me mueven a invitar a Ustedes, los fieles cristianos laicos de nuestra Diócesis, a que no pierdan la esperanza: ¡Dios está con nosotros; Jesucristo camina con nosotros, él es nuestra esperanza, nuestra fuerza, nuestra luz y salvación! El Espíritu Santo es quien une nuestras voluntades para que construyamos la unión, la paz, la justicia, la reconciliación, un mundo de respeto a la dignidad de la persona, de aprecio a la vida en todas sus expresiones, de fidelidad al hombre y de moral integral (cfr. JUAN PABLO II, Christifideles Laici, 6-7).
En esta construcción de una nueva sociedad, ninguno de nosotros puede considerarse exento de la responsabilidad, “a nadie le es lícito permanecer ocioso”. Por tal razón les convoco a unirse a sus pastores y organizarse para participar activamente en las diversas iniciativas a favor de la seguridad que programan las autoridades civiles en distintas áreas. Igualmente, les pido que se solidaricen con aquellas iniciativas que, a nivel diocesano, se implementarán para educar en los valores humanos, los derechos de la persona, la prevención de las adicciones y la promoción de la cultura de la vida, la legalidad y la denuncia. Sobre todo, estén dispuestos a formarse para ser eficaces agentes de pastoral para contribuir a las soluciones requeridas por cada uno de los problemas que nos aquejan en el ámbito social (cfr. JUAN PABLO II, Christifideles Laici, 3. 23. 36-38).
-Caminando junto con los Líderes, Instituciones y Autoridades-
Hoy también, amados hermanos Sacerdotes, Miembros de la Vida Consagrada y Agentes de Pastoral Laicos, la realidad sufriente de las familias de nuestro pueblo, que son víctimas de las múltiples consecuencias de la violencia y del narcotráfico, de los secuestros, crímenes y otras formas de vejación, nos interpela y nos llama a solidarizarnos, caminar y participar con ellas. Para eso, hemos de unirnos también a los Líderes y Gestores, Instituciones y Autoridades en los distintos ámbitos de nuestra sociedad, en su lucha contra la inseguridad, la violencia y la delincuencia.
C. Invitación a grupos específicos
1. A Hombres y Mujeres de buena voluntad
Permítanme dirigirme a ustedes los que abren su corazón, con buena voluntad y sincera solidaridad, para invitarlos a fortalecer los acuerdos en favor la seguridad integral. Esta colaboración solidaria tiene como objetivo, no la justificación de una religión o grupo religioso, ni mucho menos la defensa de una ideología o principios de un determinado partido político. Se trata de asumir el cuidado y respeto de la persona humana, es decir, de los hombres y mujeres de toda condición, que sufren las consecuencias de la violencia en cualquiera de sus modalidades, como acontece en diversos lugares del territorio mexiquense y de nuestro México.
Necesitamos buscar, unidos, el bien de todo el hombre y de todos los hombres, puesto que formamos una comunidad y estamos llamados a ser y comportarnos como la gran familia humana, la familia de los hijos de Dios
2. A las Familias.
La familia es la cuna de la vida, el amor, la libertad y los demás valores que garantizan la educación y la realización integral de la persona, su excelencia de vida y su convivencia social. Las familias afrontan el desafío de formar las generaciones venideras, que seguirán construyendo el mundo de los valores querido por Dios, destinado a la armonía, el desarrollo integral, el amor y la paz, o bien, generando el mundo del egoísmo y de la destrucción de la persona; el mundo de la cultura de la muerte, que terminará destruyéndose a sí mismo.
Desde el Plan de Dios, las relaciones entre los miembros de la comunidad familiar tienen su raíz y están inspiradas en la relación del Dios Uno y Trino, a cuya imagen todos fuimos creados. En la familia se forja la persona y aprende a vivir las relaciones con los demás. La persona, guiada por el ejemplo de quienes en el hogar, respetan y favorecen en todos y cada uno la dignidad personal, como único título de valor, aprende la acogida cordial, el encuentro con el otro, el diálogo, la disponibilidad, el servicio generoso y la solidaridad profunda con los demás, con la creación y con Dios (cfr. JUAN PABLO II, Familiaris Consortio, 43).
Como lugar privilegiado de la experiencia humana de comunión amorosa, la familia hace su primera aportación a la sociedad, revelando y comunicando los valores de un amor desinteresado y fiel. La familia se convierte así en escuela de humanización y de sociabilidad, ejemplo y estímulo para las relaciones sociales más amplias, en un clima de respeto, justicia, tolerancia y diálogo en un mundo globalizado (Id).
Actualmente, en algunas familias se percibe la ausencia de Dios, la indiferencia ante la fe y la crisis de valores radicalmente humanos. Esto origina todo tipo de libertinajes y desórdenes, contra la naturaleza de la familia y contra la sociedad humana.
Nosotros, Iglesia de Cristo, no podemos dejar la familia a la deriva; es necesario que potenciemos nuestro proceso de evangelización y que, con espíritu misionero, promovamos, con la fuerza del Evangelio, un cambio trascendente en ella; de otra manera, el mundo de la violencia e inseguridad no cambiará. La familia es la esperanza de personas mejores, responsables y solidarias, que conduzcan el mañana por el auténtico camino del bien y el progreso integral de nuestra sociedad.
3. A los Jóvenes
Dentro de sus familias, Ustedes Jóvenes, no defrauden las esperanzas que despiertan en los demás; tienen todo para formarse y ser capaces de cumplir generosamente su misión, en su paso por la tierra hacia la casa del Padre. En el próximo futuro, Ustedes serán la garantía de la armonía, la seguridad, la felicidad y la paz de nuestra comunidad nacional.
El Señor nos hizo para ser felices amando y siendo amados en familia, para llegar a la fuente de la felicidad y del amor que es Dios. Se engañan quienes, piensan que conseguirán ser felices en el placer, el poder, el prestigio social, o en la enajenación de las adicciones; se engañan quienes diseñan leyes y difunden anti-valores que atentan contra la vida o la integridad y autenticidad humana de la persona y la familia, con el pretexto erróneo del derecho y la libertad. De esta manera, las comunidades de nuestra amada Diócesis, como en una familia, aprenderán de nosotros, padres de familia y pastores, a educarse para el amor. Nuestro pueblo espera de nosotros, no sólo que lo amemos, sino que lo enseñemos a amar, con nuestro testimonio de comunión fraterna, según la forma de vida y comunión de amor que encarnaron las primeras comunidades cristianas (cfr. F. J. CHAVOLLA R. Saludo, Toma de posesión, 12. feb. 2004).
4. A los Jóvenes Seminaristas
Considero oportuno dirigirme también a Ustedes, jóvenes Seminaristas de nuestro amado Seminario de Toluca, ya que están buscando la mejor forma de responder al llamado de Cristo Pastor y que no son extraños a la problemática social que estamos padeciendo. Espero de Ustedes también una seria reflexión sobre esta realidad y su decidido compromiso para promover la educación que requerimos en estos momentos en orden a la promoción de las personas, grupos parroquiales, movimientos u organismos. En su servicio de apostolado, tengan en cuenta ayudar a las quienes tengan a su alcance. Colaboren, con dedicación apostólica, a su formación en los valore de la responsabilidad, la solidaridad y la participación. Capacítense para ser fieles trasmisores de los mismos y ejercítense en su vivencia, a partir de su experiencia de encuentro personal con Cristo Vivo.
5. A los encargados de la educación de la niñez y juventud.
Llamo fraternalmente a los Miembros del Magisterio en general, oficial o particular, como encargados responsables de la educación, a darse fielmente a la formación humana, intelectual y moral de nuestra niñez y juventud.
-“Vivir con Valores”-
El sistema oficial de educación en nuestro Estado de México, ha establecido el programa “Vivir con Valores”, que los capacita a Ustedes para ser promotores de una nueva cultura entre los niños, los jóvenes, los padres de familia y el mismo Magisterio. Es una empresa trascendente y vital que vendrá, sin duda, a mejorar la vida de la comunidad estatal, según se acepte seriamente.

-“La Alianza por la Calidad de la Educación”-
Desde la Secretaría de Educación Pública del Gobierno Federal (Subsecretaría de Educación Básica), ha establecido un Curso sobre las “Prioridades y Retos de la Educación”, donde resalta que la prevención de adicciones y de violencia es uno de los determinantes de la salud de los niñas, niños, adolescentes y jóvenes escolares; que es también una estrategia de formación continua para las y los docentes, coadyuvando a su profesionalización, con la seguridad de su participación en la “La Alianza por la Calidad de la Educación”.
La educación en los valores humanos de sus alumnos es fundamental; el ejemplo que les den con su vida es la mejor manera de educarlos integral y auténticamente. Este tipo de educación, ha de ser la forma concreta de contribuir a una cultura de la legalidad y defensa de la dignidad y de los derechos humanos.
Ustedes buscan para sus hijos y sus seres queridos los mejores maestros; sean esos mejores maestros para que todos los padres tengan seguridad en ustedes y les confíen, sin temor, la educación de sus hijos. Por eso, su capacitación y cualificación continua, humana y profesional; así como la garantía de su moral, su ética profesional y su vivencia de los valores, serán el cimiento de las convicciones, de los principios y, por consiguiente, de las conductas y la moral de sus alumnos.
-Congruencia y testimonio, la mejor pedagogía-
No olviden, que su congruencia y testimonio son la mejor pedagogía de la educación, que tiene como objetivo el sano desarrollo y vivencia de la libertad en relación con el auténtico amor. Bien saben que Ustedes llegan a lo más profundo de la persona y son factor decisivo en la formación y orientación de la conciencia o interioridad de los educandos. Por eso, el futuro del ser y de la conducta social de nuestra comunidad humana está dependiendo, en gran parte, de su labor magisterial.
6. A los Responsables de los Medios de Comunicación Social
Apreciados y respetables comunicadores, la realidad que vivimos les exige a Ustedes, por fidelidad a su profesión y respeto a la sociedad, informar sin mentir, con objetividad y verdad, dar contenidos sólidos que construyan a la persona, evitando lucrar con la noticia amarillista que suscita la sicosis de la tragedia, del crimen, del robo y de la muerte. Promuevan, les pido, el debate constructivo y público, que lleve a los gestores sociales a persuadirse de la necesidad de proceder, solidariamente y por amor a sus semejantes, de manera que puedan encontrar solución a la situación en que nos vemos envueltos.
Su valiosa vocación de comunicadores conlleva también la delicada tarea de ofrecer esperanzas y promover valores, a pesar de lo adverso. Hoy tienen la responsabilidad de invitar a la participación ciudadana, a la solidaridad y la cultura de la vida y de la legalidad. Trabajar por formar un México mejor, es su muy alta misión. Únanse en la búsqueda de la verdad, porque “la verdad nos hará libres” (Jn. 8, 32; cfr. Ef. 4, 15).
7. A los Empresarios
A los laicos empresarios, los exhorto a que cultiven, en sus empresas, la responsabilidad social, que promuevan las fuentes de trabajo. No olviden que la mejor manera que ustedes tienen para combatir los problemas que nos aquejan, está en que sean justos con sus trabajadores y respeten sus derechos inalienables.
Pido al Señor que bendiga a aquellos empresarios que, con responsabilidad social, se preocupan de ofrecer a sus trabajadores programas de superación humana integral. De igual modo a quienes se esfuerzan por crear mejores condiciones laborales para combatir la pobreza y desigualdad, que frecuentemente llegan a ser causa de violencia y delincuencia. Les aliento a seguir en este empeño, para bien de todos. Les pido fraternalmente que colaboren con generosidad en todas aquellas acciones de la Sociedad y el Gobierno, que buscan superar el problema de la inseguridad, originada por el narcotráfico y el crimen organizado.
8. A los Laicos en Instituciones de Seguridad
A los laicos que laboran en las Instituciones de Seguridad, les exhorto insistentemente a no claudicar ante a los problemas, riesgos y amenazas. La realidad exige a ustedes, hoy más que nunca, fidelidad a su trabajo y misión, testimoniando su identidad de católicos, para poder hacer presente el Reinado de Dios en las estructuras sociales, a fin de transformar aquellas que se oponen al plan divino. Poco podrá conseguirse sin la entregada participación de Ustedes.
9. A los Empresarios de los Centros de Entretenimiento, Deporte y Turismo.
Un aspecto relevante de la vida del hombre es el descanso, el turismo, el deporte y la diversión. Junto al trabajo, el tiempo libre también es para la persona posibilidad de realización personal y espacio de creatividad; en consecuencia, es un derecho que facilita la plena dignidad humana en la convivencia con los demás.
El tiempo dedicado al descanso, de ninguna manera puede ser excluido de la historia de amor de Dios, quien visita al hombre y lo hace partícipe de su gloria. En la práctica, el cristiano es invitado a vivir la acción de gracias por el don de la creación, en la que resplandece la belleza del Creador; por el don de la libertad que le hace posible ser solidario con sus hermanos y por el don del gozo, la fiesta y el descanso que favorecen la salud y el bienestar de su persona.
Desafortunadamente se dan efectos negativos que acompañan el desarrollo turístico; entre ellos está la explotación de las personas, la difusión de las patologías que ponen en peligro la salud. Las empresas del turismo y entretenimiento están en el riesgo del acoso por parte del narcotráfico y el crimen organizado. Otros riegos son la destrucción de la identidad cultural y de los recursos vitales.
En atención a esto, quiero exhortar a todos los empresarios y trabajadores de este sector, a que se unan para prevenir la inseguridad y el peligro de la narco dependencia. Superen el riesgo de hacerse cómplices de aquellos que denigran la dignidad de las personas y violan sus derechos.
10. A quienes se han desviado por el camino de la violencia, la corrupción y el crimen.
Asumiendo las palabras de mis hermanos Obispos de la Provincia de Durango, quiero exhortar a todas las personas involucradas en la violencia a que piensen bien y se decidan a abandonar el mal.
En la Iglesia católica hay un lugar para quienes vuelven al camino, como “hijos pródigos” al encuentro de su Padre Dios. Si, por cualquier circunstancia, participan en actividades vinculadas con el narcotráfico, el crimen, la corrupción y la violencia, les exhorto a que se arrepientan y cambien de vida: «Dios que es compasivo y misericordioso no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva». Dios perdona siempre, aunque el perdón no elimina la justicia.
11. A los Gobernantes y Servidores públicos
Con respeto y solidaridad me uno a ustedes en el compromiso tan importante de su amor a México, como lo muestran en su calidad de representantes y servidores del pueblo. Sin embrago, considero un deber invitarles a pensar y a tener en cuenta lo que los ciudadanos observan y manifiestan cuando descubren que la dinámica del Poder Legislativo, Judicial o Ejecutivo, con mucha frecuencia, no se orienta seriamente y con calidad, para el bien de México con el que se comprometieron al asumir su cargo. Afirman, y Ustedes lo saben, que en su proceder, prefieren aquella postura que les puede dar ventaja en el poder político o económico, aunque sea en detrimento de su Patria.
-los valores son antes que las normas-
En algunas circunstancias de mucha trascendencia para la vida y la integridad de la persona, por consiguiente de la sociedad, se han olvidado del significado e importancia de los valores humanos como tales y, por consiguiente, de que están por encima de la normatividad, puesto que los valores son antes que las normas.
-Lo que el Pueblo ve-
El Pueblo ve, en algunos gobernantes y servidores públicos, incongruencia respecto a su compromiso, falta de valores humanos, descuido y hasta inmoralidad en las formulaciones legales e, incluso, algunos abusos en una recta y justa administración de los bienes económicos. Constantemente se nota, para nuestra desgracia, que lo que predomina en la toma de decisiones es el interés individualista o de partido y no el interés por el bienestar y progreso de nuestro pueblo.
- Testigos laicos de su tiempo-
Pienso en Santo Tomás Moro, San Luis Rey y otros hombres de Iglesia que vivieron su fe en el ejercicio de la política, militaron en ella y demostraron, con su vida, que se puede ser, no sólo un buen político, sino un político heroico y Santo. Los héroes de nuestra nación mexicana nos enseñaron a todos, con el testimonio de su vida, a entregarnos por el bienestar del pueblo. Ellos ciertamente procederían como lo necesita México hoy.
- Compromiso de todos:
- unidos, liberar a nuestra Patria-
Considero que el momento que vivimos, requiere que todos, sin distinción de colores partidistas, de tendencias o convicciones ideológicas, de condiciones sociales o religiosas, sin contubernios, siempre nefastos, mucho más cuando son criminales, tomemos la decisión de vivir unidos y asumir el compromiso de liberar a nuestra comunidad nacional de la amenaza del crimen. Necesitamos sobreponernos a la inseguridad, la ignorancia, el desorden y la seudo-cultura de la muerte que nos ha ido invadiendo, como cáncer globalizado, en todos los tejidos sociales, estructurales, desde la raíz de la familia. Es responsabilidad de todos trabajar para tener un País saludable, próspero y en paz.
-Inseguridad ante la denuncia-
En consecuencia, es hora de arrancar de raíz el hecho y las actitudes que han engendrado la desconfianza y han provocado el miedo que impide muchas veces la denuncia. Con mucha frecuencia los ciudadanos temen ser delatados o extorsionados por la complicidad de los mismos que debieran custodiar su seguridad e integridad
Hay constantes amenazas contra personas y familias, pero no las denuncian por miedo. Muchos afirman que cualquier denuncia es conocida de inmediato por el opresor, criminal o extorsionador, con la consecuencia de muy graves e irreparables riesgos de la propia vida y de la familia. Por eso nos encontramos ante el desafío de capacitar y apoyar a los Cuerpos de Seguridad, para que actúen con la fidelidad, la valentía y la solidaridad que necesitamos de ellos, a fin de que no se sientan tentados a traicionar la causa del pueblo por otros intereses. Les invito encarecidamente a que promuevan en sus Instituciones aquellos cambios que les ayuden a recuperar el apoyo y la confianza de los ciudadanos.
-Cualificación de los servidores públicos-
Es necesario seguir implementando estrategias como el “examen de cualificación de los servidores públicos”, que devuelve la confianza a nuestro Pueblo y le da seguridad en las Instituciones, por la certeza de que actúan con lealtad y calidad. Es un deber ciudadano pedirles que no se resistan ni se opongan a todo aquello que pueda probar su personal honestidad y honradez, su capacidad y su compromiso fiel con nuestro pueblo.
- Reconocimiento a los servidores públicos-
Por otra parte, reconozco, alabo y bendigo a quienes con una verdadera vocación de servidores públicos, defienden, incluso con riesgo de su propia vida, los derechos de los demás. Oro por ustedes, para que no desfallezcan. Encomiendo a la misericordia de Dios a quienes han perecido en la defensa o protección de sus hermanos, cumpliendo su deber. El Señor premiará la ofrenda de su vida al servicio de nuestro pueblo.
D. Acuerdos a favor de la Seguridad
Insisto de nuevo que la alianza promovida por las Autoridades, nacionales y estatales en los Acuerdos por la Seguridad, nos comprometen a todos y nos dan la oportunidad de luchar por un País mejor, superando la inseguridad, la violencia, la delincuencia. Al mismo tiempo somos invitados a favorecer la legalidad de modo solidario y comprometido.
La solución a toda esta adversidad social, no es sólo responsabilidad de los Gobernantes, sino de todo mexicano. Es impostergable la tarea de impulsar la participación ciudadana y la clara conciencia de que nuestra seguridad depende de todos y que, independientemente del credo, partido o ideología de cada persona o grupo, es expresión de fraternidad humana.
E. La paz y la reconciliación, fruto del amor.
-¿Quién es el enemigo de la Paz?-
El enemigo de la paz y del desarrollo en nuestra Patria, está bien identificado: son aquellas personas que, con la misma dignidad y las mismas debilidades que nosotros, han tenido la desgracia de involucrarse en el crimen, el secuestro, la corrupción, el lavado de dinero, la violencia, la mentira, la explotación, el soborno, el tráfico de influencias y/o la venta de estupefacientes…
- Ni rencor, ni venganza, ni fatalismo, sino amor-
No nos dejemos vencer por el rencor, la venganza, ni por el fatalismo. Cristo es nuestra paz y nuestra esperanza. Después de la experiencia trágica de su muerte, las primeras palabras que consignan los Evangelios, pronunciadas por el Señor Resucitado, son: «La paz esté con Ustedes. No tengan miedo» (cfr. Jn. 20, 19).
La paz es la armonía saludable en todas las relaciones y dimensiones del hombre, consigo mismo, con los demás, con la creación y con Dios. La armonía con Él nos lleva a mirar nuestra armonía con los demás, amando como Él, amando en Él. Esa es la consigna: amar como Él nos ha amado. El amor es conversión, cambio de vida, perdón, reconciliación y encuentro en la justicia.
-Transformar nuestras relaciones,
pasando del egoísmo al amor-
Nosotros, la Iglesia Diocesana que peregrina hacia el Padre, estamos llamados a reflejar nuestra verdadera identidad y misión de discípulos y seguidores del Señor resucitado. Lo conseguiremos haciendo presente su amor en las relaciones que guardamos con los demás, en la vida cotidiana y en nuestras estructuras humanas temporales, cualquiera que sea su circunstancia. Tenemos el desafío y la tarea de transformar el conjunto de nuestras relaciones sociales egoístas y así cambiar aquellos aspectos marcados por el pecado personal, social y estructural, en nuestra realidad nacional, para transformarla de salvaje en humana y de humana en divina, mediante la vivencia de los valores evangélicos, como la fraternidad, la solidaridad, la verdad, la justicia, el amor y la paz (cfr. Lumen Gentium, 5).
-Evangelizar: revalorar y encarnar el amor-
Por consiguiente, el reto que el Señor nos presenta hoy, es revalorar y encarnar su amor evangelizador en el compromiso de la caridad fraterna, concretamente ante estas circunstancias que se manifiestan en la expresión que cada día se extiende más: la violencia (cfr. Gaudium et Spes, 3. 11)

IV.- NUESTRO COMPROMISO PASTORAL ESPECÍFICO,
COMO IGLESIA DIOCESANA
-¿Cuál es nuestra fuerza
ante nuestra realidad nacional?-
Con el fin de concretizar nuestra respuesta ante nuestra realidad social de violencia, crimen, corrupción e inseguridad, guiados por el Espíritu de Jesucristo, en cuanto Iglesia diocesana, no dejaré de insistir en la convocación a apasionarnos por el “mandato del amor” que nos llevará a la armonía y la paz.
Necesitamos responder con verdadera generosidad a nuestra vocación radical: “amar como Cristo”, con un amor de donación total, de caridad, conscientes de que Él nos ha restituido, con la fuerza del Espíritu Santo, la capacidad de amar al Padre y a todos nuestros hermanos, como Él nos ha amado (cfr. Jn. 15, 12-13).
A. Pastorales específicas

- Desde el servicio pastoral
- de mis colaboradores más cercanos-
Para contribuir con acciones concretas desde nuestra Iglesia Diocesana, pido a la Vicaría de Pastoral, al Equipo Base de la Diócesis y al Consejo de Vicarios, Decanos y Comisiones, que hagan de esta Exhortación Pastoral un motivo y un camino para impulsar una fe viva, manifiesta en acciones comprometidas y transformadoras de la realidad de nuestras comunidades. Sabemos bien que “por la evangelización, la Iglesia es construida y plasmada como comunidad de fe; más precisamente, una comunidad de fe confesada en la adhesión a la Palabra de Dios, celebrada en los sacramentos, vivida en la caridad como alma de la existencia moral cristiana” (JUAN PABLO II, Christifideles Laici. 33)
Espero, por consiguiente, que se responsabilicen de que esta Exhortación sea también, para los fieles de nuestra Diócesis, un documento de estudio y reflexión en el que encontremos la oportunidad de asumir criterios e iniciativas pastorales transversales, a tener en cuenta en todos nuestros planes de acción, de manera que, en un espíritu de comunión, den respuesta efectiva a esta emergencia social: ¡nuestra seguridad!
- Desde la Comisión Diocesana para la
- Formación permanente del Presbítero-
Encomiendo a la Comisión Diocesana para la Formación Permanente de los Presbíteros, que organice experiencias de estudio y de espiritualidad que lleven a mis amados hermanos en el sacerdocio ministerial, a profundizar en su identidad de pastores comprometidos con sus fieles. Para ello fundamenten en la Doctrina Social de la Iglesia y en la Pastoral Social, su respuesta comprometida ante la problemática social que vivimos.
-Desde la Comisión Diocesana para la Pastoral Social-
Confío a la Comisión Diocesana de Pastoral Social que, con un Equipo Eclesial asuma la tarea de:
1º. Asesorar a los Párrocos y a las Parroquias para que formen, en cada una, Equipos parroquiales animadores de Pastoral Social.
2º. Promover Cursos y Talleres de Doctrina Social de la Iglesia en las parroquias y en foros diversos, siempre en coordinación con la Vicaría Episcopal de la Pastoral Diocesana, el Equipo Base y la Comisión de Educación y Cultura.
3º. Formar a los Agentes de pastoral que difundan en las parroquias los Talleres sobre participación ciudadana, legalidad, derechos humanos, denuncia, valores y prevención de las adicciones. He pedido a un Equipo específico que colabore con la Comisión Diocesana de Pastoral Social en la elaboración de estos Talleres y cuidaré de su seguimiento.
4º- Preparar, incluso, un catecismo que promueva los referidos valores y que esté basado en la Doctrina

B. Institución de la Comisión Diocesana de Derechos Humanos
Con la finalidad de ofrecer a las personas que lo requieran, instituyo un organismo que promueva y defienda el respeto a su dignidad humana, que sea un puente de comunicación con las Autoridades en lo que mira a la búsqueda de soluciones ante la problemática de la inseguridad, lo mismo que una garantía de discreción en la denuncia responsable. A partir de hoy establezco la “Comisión Diocesana de Derechos Humanos” y pido a los responsables que se inspiren siempre en la Doctrina Social de la Iglesia, como expresión del espíritu del Evangelio.
C. Desde la Integralidad, Organicidad y Comunión de nuestras Comisiones Diocesanas
Oración, prioridad vital
A la Comisión Diocesana de la Pastoral Litúrgica, en colaboración con la Comisión Diocesana para la Formación Permanente de los Presbíteros le encomiendo la promoción constante de la oración en las distintas modalidades, motivando a las comunidades de la Diócesis y ofreciéndoles los recursos necesarios que necesite para hacer de ella la prioridad vital y necesaria para la eficacia de esta respuesta pastoral a las necesidades de quienes peregrinamos luchando por conseguir una Patria en la paz, la solidaridad, la fraternidad y el desarrollo integral.
Asimismo, preparen también algunas invocaciones que puedan insertarse en la Oración de los Fieles en cada Eucaristía.
- Catequesis y Campaña diocesanas-
Exhorto a todas las Comisiones diocesanas, en particular a la Comisión Diocesana de Pastoral Profética, para que tomen en cuenta los criterios de esta Exhortación en los programas de formación de sus Agentes, en los contenidos de la catequesis (para niños, adolescentes, jóvenes, adultos, familias, movimientos e instituciones eclesiales) y en los subsidios de la misión evangelizadora permanente en la Diócesis.
A la Comisión Diocesana de las Comunicaciones Sociales, le pido que programe y realice una “campaña” con el fin de favorecer la cultura de la legalidad, seguridad, práctica de la denuncia, la prevención de las adicciones, en orden a formar la conciencia sobre de los Derechos Humanos y los valores.
Las Catequesis y Campaña, deberán seguir los criterios de esta Exhortación, que serán la fuente de inspiración integral y transversal, que favorezca la organicidad y la comunión en nuestras tareas pastorales.
- - La Iglesia, como Cristo,
- promotora de la dignidad humana-
No olvidemos que, la Iglesia, fiel a Jesucristo, tiene el deber de valorar y defender la dignidad humana y contribuir a la renovación auténtica de la vida social (cf. JUAN PABLO II, Encíclica Centessimus Annus, 55).
Es importante que nuestro compromiso ante la situación que hemos considerado conjuntamente, en esta Exhortación Pastoral, brote de la experiencia de encuentro y seguimiento de Jesucristo y que logremos así superar la cultura de la muerte con la fuerza y la valentía que da el Espíritu Santo, a quienes se comprometen en el amor y en los demás valores del Evangelio. Así nos mantendremos en el espíritu y dinamismo de la Misión Diocesana Evangelizadora Permanente.
D. Oración por la paz y la seguridad.
A los grupos, Movimientos y Asociaciones que tienen en su carisma la oración; a las Comunidades de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, lo mismo que a la Comunidad Educativa de nuestro Seminario, les encomiendo se mantengan en constante intercesión por nuestra Patria y alcancen el don de Dios que necesitamos para caminar y conseguir el progreso y la armonía, por caminos de justicia y de paz.
Les recuerdo, que la oración es nuestra fuerza; la oración es la estrategia mejor para combatir el mal y conseguir la paz. Por eso es importante que todos nos unamos también para orar por la paz. Recordemos las palabras de Juan Pablo II al iniciar el año 2002: «que todos los días se eleve desde el corazón de cada creyente, de manera más intensa, la oración por todas las víctimas de la inseguridad y la violencia, por todas las víctimas del terrorismo, por sus familias afectadas trágicamente… Que no queden fuera de nuestra oración aquellos mismos que ofenden gravemente a Dios y al hombre con estos actos sin piedad; que les conceda recapacitar sobre sus acciones y darse cuenta del mal que ocasionan, de modo que se sientan impulsados a abandonar todo propósito de violencia y buscar el perdón”.
Exhorto a todos a mantener una oración confiada e insistente. Acudamos a la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, la Dulce Madre que nos ha invitado: “¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿Qué más necesitas?” Ella, misionera y forjadora de nuestra Patria, nos ha enseñado a crecer en el amor fraterno y no en la destrucción y el odio. Ella seguirá cumpliendo su vocación de Madre para protegernos en estos momentos de riesgos amenazantes.
Podemos acudir ahora a la ORACION ya anteriormente propuesta por Los Obispos de México, en un momento también difícil y riesgoso para la armonía y el respeto que requiere el pueblo mexicano:
“Oh Sagrado Corazón de Jesús, a ti encomendamos nuestra Patria en este momento de desconcierto; sumérgela en el mar de tu misericordia; ayúdanos a edificar en ella Tu Reinado de amor y de justicia, de misericordia, de paz y de perdón.
Y tú, amadísima Madre, María de Guadalupe, nuestra Señora de la reconciliación, escucha nuestra súplica: Te rogamos que nos ampares y nos des la seguridad que necesitamos como pueblo tuyo; guárdanos en el hueco de su manto, en el cruce de tus brazos; mantén nuestra Nación en la concordia, en la armonía que quieres para ésta tu familia, la que tú escogiste con el fin establecer tu morada entre nosotros.
Muéstrate nuestra Madre. Vuelve a ser, para nosotros, portadora de esperanza, como lo has hecho en los momentos difíciles de nuestra historia. Tú, la forjadora de nuestra Nación, que nos has enseñado a construir y a no destruir.
Tú, esperanza de nuestro pueblo, ayúdanos a vivir como hermanos, según el plan de tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”
Conclusión
Para concluir, hago llegar a Ustedes las sabias palabras, que nos ha regalado S.S. Juan Pablo II, el Venerable Pastor que todos recordamos, en su Carta Encíclica “Señor y Dador de Vida” (núm. 67):
“La Iglesia, con su corazón que abarca todos los corazones humanos, pide al Espíritu Santo la felicidad que sólo en Dios tiene la realización plena: la alegría que “nadie les podrá quitar” (cfr. Jun. 16, 22), la alegría que es fruto del amor y, por consiguiente, de Dios que es amor, pide “justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo…”
La paz es fruto del amor… el camino de la paz, en definitiva, pasa a través del amor y tiende a crear la civilización del amor…
La Iglesia fija su mirada en aquel que es el amor del Padre y del Hijo y, a pesar de las crecientes amenazas, no deja de tener confianza, no deja de invocar y de servir a la paz del hombre sobre la tierra. Su confianza se funda en Aquel que, siendo Espíritu-Amor, es también el Espíritu de la paz y no deja de estar presente en nuestro mundo, en el horizonte de las conciencias y de los corazones, para llenar la tierra de amor y de paz.
Ante Él me arrodillo, al terminar estas consideraciones, implorando que, como Espíritu del Padre y del Hijo, nos conceda a todos, la bendición y la gracia que deseo transmitir en el nombre de la Santísima Trinidad, a los hijos y a las hijas de nuestra Iglesia y a toda la familia humana”.
Toluca de San José, 8 de diciembre de 2008, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

+ Francisco Javier Chavolla Ramos
Obispo de Toluca
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CONTRAPORTADA:
Podemos acudir ahora a la ORACION ya anteriormente propuesta por Los Obispos de México, en un momento también difícil y riesgoso para la armonía y el respeto que requiere el pueblo mexicano. Les pido difundirla así:
Oh Sagrado Corazón de Jesús, a ti encomendamos nuestra patria en este momento de desconcierto; sumérgela en el mar de tu misericordia; ayúdanos a edificar en ella Tu Reino de amor y de justicia, de misericordia, de paz y de perdón.
Y tú, amadísima Madre, María de Guadalupe, Nuestra Señora de la reconciliación, escucha nuestra súplica: Te rogamos que nos ampares y nos des la seguridad que necesitamos como pueblo tuyo; guárdanos en el hueco de su manto, en el cruce de tus brazos; mantén nuestra nación en la concordia, en la armonía que quieres para esta tu familia, la que tú escogiste para establecer tu morada entre nosotros. Muéstrate nuestra Madre. Vuelve a ser, para nosotros, portadora de esperanza, como lo has hecho en los momentos difíciles de nuestra historia. Tú, la forjadora de nuestra nación, que nos has enseñado a construir y a no destruir. Tú, esperanza de nuestro pueblo, ayúdanos a vivir como hermanos, según el plan de tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


EXHORTACION PASTORAL
SOBRE NUESTRA SEGURIDAD PERSONAL,
SOCIAL E INSTITUCIONAL.

+ FRANCISCO JAVIER CHAVOLLA RAMOS
Obispo de Toluca

“Caín, Caín, ¿qué has hecho de tu hermano?”
“NUESTRA SEGURIDAD DEPENDE DE TODOS”
Toluca de San José, Edo. de Méx., diciembre 8 de 2008.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

COPIA DEL DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL

SECRETARIA DE HACIENDA Y CREDITO PÚBLICO

DECRETO
por el que se otorga un estímulo fiscal en materia de impuesto sobre la renta, a los contribuyentes que se indican.
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.

FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de la facultad que me confiere el artículo 89, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y con fundamento en los artículos 39, fracción III, del Código Fiscal de la Federación y 31 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, y

CONSIDERANDO
Que en la actualidad existen grupos sociales que por sus características particulares se encuentran en condiciones de rezago y marginación laboral, como los adultos mayores y las personas con discapacidad, lo que ha provocado que se empleen en actividades informales y que se les dificulte el acceso a los servicios de seguridad social;
Que es política del Gobierno Federal establecer medidas tendientes a otorgar apoyos a tales grupos sociales, que les permitan tener una mejor calidad de vida e incorporarse a la actividad productiva del país con facilidad;
Que a efecto de lograr dicho fin, el Ejecutivo Federal a mi cargo considera conveniente otorgar un estímulo fiscal a los contribuyentes personas físicas y morales que empleen a personas con discapacidad o adultos de 65 años o más, consistente en una deducción adicional a las previstas en la Ley del Impuesto sobre la Renta que permita disminuir de los ingresos del contribuyente por el ejercicio fiscal de que se trate, un monto adicional equivalente al 25% del salario pagado a dichas personas, y Que a efecto de evitar un doble beneficio, se prevé que los contribuyentes que opten por lo dispuesto en el presente Decreto, respecto de las personas con discapacidad empleadas, no podrán aplicar el estímulo previsto en el artículo 222 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, he tenido a bien expedir el siguiente

DECRETO

ARTÍCULO PRIMERO.- Se otorga un estímulo fiscal a los contribuyentes personas físicas o morales del impuesto sobre la renta, que empleen a personas que se encuentren en alguno de los supuestos siguientes:
I. Tengan 65 años o más de edad, o
II. Padezcan discapacidad motriz, que para superarla requieran usar permanentemente prótesis, muletas o sillas de ruedas; mental; auditiva o de lenguaje, en un ochenta por ciento o más de la capacidad normal o tratándose de invidentes.

El estímulo fiscal consiste en poder deducir de los ingresos acumulables del contribuyente, por el ejercicio fiscal correspondiente, un monto adicional equivalente al 25% del salario efectivamente pagado a las personas señaladas en las fracciones anteriores. Para estos efectos, se deberá considerar la totalidad del salario que sirva de base para calcular, en el ejercicio que corresponda, las retenciones del impuesto sobre la renta del trabajador de que se trate, en los términos del artículo 113 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

Lo dispuesto en el presente artículo será aplicable siempre que el contribuyente cumpla, respecto de los trabajadores a que se refiere el presente artículo, con las obligaciones contenidas en el artículo 15 de la Ley del Seguro Social y las de retención y entero a que se refiere el Capítulo I del Título IV de la Ley del Impuesto sobre la Renta y obtenga, respecto de los trabajadores a que se refiere la fracción II de este artículo, el certificado de discapacidad del trabajador expedido por el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Los contribuyentes que apliquen el estímulo fiscal previsto en este artículo por la contratación de personas con discapacidad a que se refiere la fracción II de este precepto, no podrán aplicar el estímulo fiscal a que se refiere el artículo 222 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

ARTÍCULO SEGUNDO.- El Servicio de Administración Tributaria podrá expedir las disposiciones necesarias para la correcta y debida aplicación del presente Decreto.

TRANSITORIOS

PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

SEGUNDO. Lo dispuesto en el Artículo Primero del presente Decreto no será aplicable a los salarios devengados con anterioridad a la fecha de entrada en vigor del presente Decreto y que se paguen con posterioridad a dicha fecha, a las personas a que se refieren las fracciones I o II del citado precepto.

Dado en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, Distrito Federal, a los seis días del mes de marzo de dos mil siete.- Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.- Rúbrica.- El Secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Guillermo Carstens Carstens.- Rúbrica.

martes, 18 de noviembre de 2008

REQUISITO DIEZ DE LA GUÍA CRESE

La GUÍA para obtener el certificado CRESE de Responsabilidad Social Empresarial establece lo siguiente:

[DIEZ]
Que exista en la empresa al menos un 5% de personal de la tercera edad y/o discapacitadas, a menos que el mercado de contratación o las actividades de la empresa no lo permitan, en cuyo caso la empresa podrá cumplir con este requisito apoyando a otras organizaciones que contraten personal con estas características.


Si las empresas no contratan este personal ¿Quién lo hará?

Se pide que la empresa se solidarice con la realidad del país en el que reside. Esta solidaridad implica asumir la responsabilidad social de contratar el mismo porcentaje de personas que puedan trabajar de la tercera edad y con discapacidad que tenga el país donde se ubique. En México, contamos con el apoyo de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social para localizar personal con estas características y que pueda trabajar.

También la contratación de ex reclusoS, inmigrantes legalizados o analfabetas pueden ser considerados para cumplir con este requisito.

En México, en el año 2000, el Censo General de Población y Vivienda registró en el país un millón 800 mil personas con alguna discapacidad. La más frecuente es la que limita la movilidad de brazos y piernas; le siguen los problemas severos de visión y ceguera; las que afectan las facultades mentales y las relacionadas con la comunicación auditiva y de lenguaje. Solo el 22% de la población discapacitada tiene algún empleo.

Porcentaje de la población mayor a 65 años en América Latina (2005):
Argentina 10.1%,
Brasil 6.1%,
Chile 13%,
Ecuador 5.9%,
Guatemala 4.2%,
México 5.7%,
Perú 5.5%,
Uruguay 13.3%,
Venezuela 4.9%.

Porcentaje de analfabetismo en América Latina (2004):
Argentina 3%,
Brasil 11%,
Chile 4%,
Ecuador 9%,
Guatemala 31%,
México 9%,
Perú 12%,
Uruguay 2%,
Venezuela 7%.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La Crisis no es sólo financiera y la Solución no es sólo financiera

El mercado, también aquel financiero, necesita presupuestos que él mismo no sabe producir, como por ejemplo la confianza. La actual crisis financiera pone en evidencia lo que la Doctrina Social de la Iglesia dice desde hace tiempo: cuando un sistema económico o financiero entra en crisis no es nunca por motivos económicos o financieros, sino porque en el fondo ha ocurrido una herida al sistema moral global.



Los obispos de Francia han ratificado este concepto en un reciente documento sobre la crisis financiera. El deseo exclusivo de ganancias y las desordenadas prácticas especulativas no son en sí mismas actitudes sólo económicas sino ante todo humanas. Y efectivamente, si vamos a las causas principales de la crisis actual, descubrimos que son de carácter moral antes que financiero.



El primer factor es la concesión de préstamos sin garantías. Se trata de un albur, sobre todo por el motivo final de estas concesiones: construir paquetes financieros que incluyan préstamos hipotecarios para venderlos en el mercado. Por lo tanto, sobre aquel riesgo inicial se ha constituido una cadena de fondos llamados “tóxicos”, es decir, con productos derivados de los préstamos hipotecarios y por lo tanto faltos de sustancia real en cuánto insolventes. Estos paquetes financieros son tan poco transparentes que no sólo los compradores de los fondos no pudieron saber que cosa había en los paquetes que compraron, sino que hasta hoy día ni siquiera los bancos saben cuantos de esos fondos tienen consigo. Eso se explica no sólo con la poca transparencia, sino también con la cadena de venta de productos que no se poseen todavía sino de los que se tiene un título de posesión en el futuro. Una cadena infinita, movida por la voluntad especulativa y que cada vez más se aleja de la economía real. A todo esto los obispos franceses se refieren cuando hablan en su documento del “deseo exclusivo del ganancias” y “prácticas especulativas”. Después está la confianza. En la Bolsa todos tienden a vender y los bancos no se conceden más préstamos él un al otro por temor a perder. La confianza no es ante todo un elemento económico o financiero sino una actitud ética. Cuando el mercado la erosiona ya no es capaz por sí mismo de reconstruirla.



Sustentar la importancia de la ética en las finanzas no quiere decir subestimar las posibles intervenciones correctivas para la fuerte crisis actual, sean tanto de carácter inmediato como de mediano y largo plazo. Estas, en cambio, no podrán prescindir del empeño en reconstruir un marco normativo y una praxis que respondan también a exigencias morales. No se trata sólo de los fondos “tóxicos” sino del integro sistema que a menudo es un fin es sí mismo y no está al servicio de la economía real. También hará falta interrogarse en el fondo sobre qué se intercambia. ¿Cuándo un banco vende un crédito hipotecario, sólo vende un producto financiero o vende también una relación con una familia? Finalmente, también una valoración de las consecuencias negativas exige imperativos éticos, en cuánto, como recuerdan aún los obispos franceses, al final serán los más pobres a pagar el precio más alto. Eso ocurrirá —sino está ocurriendo ya— cuando la crisis financiera se convierta en crisis económico-productiva y luego en crisis política.



Stefano Fontana y Giorgio Mion a nombre del observatorio.

Traducción del italiano de Cristian Loza Adaui



Newsletter n.168

Verona, 22 October 2008

lunes, 3 de noviembre de 2008

SÍNTESIS EJECUTIVA DEL PROGRAMA DE LA ASOCIACIÓN CIVIL EMPRESA RESPONSABLE


Sistema de Gestión de Calidad Humana (SGCH) y
Certificado CRESE de Responsabilidad Social Empresarial

ANTECEDENTES.

  1. El desarrollo del certificado CRESE comenzó en el año 2002 con el objetivo de promover los principios de la doctrina social de la Iglesia, que son el respeto a la dignidad de la personas, la solidaridad, la subsidiaridad y el bien común, en todas las organizaciones empresariales y de gobierno.
  2. En su desarrollo participaron varios empresarios y directores de empresas, académicos y dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, con quienes posteriormente se formó el Consejo Consultivo de Empresa Responsable AC (ERAC).
  3. El resultado de este desarrollo fue la creación de Empresa Responsable AC (ERAC), del Sistema de gestión de Calidad Humana y Responsabilidad Social y del certificado CRESE.


EMPRESA RESPONSABLE AC

  1. ERAC es una asociación civil que no persigue fines de lucro. Su principal interés es la difusión del sistema de gestión a través de las organizaciones empresariales y de gobierno, sin embargo, para ser autosustentable y dar un servicio de calidad requiere cobrar un costo de recuperación por los servicios que se prestan.
  2. ERAC no es una asociación religiosa, sin embargo, reconoce en la doctrina social de la Iglesia una base ideal para la responsabilidad social.
  3. La Misión de ERAC es que todas las personas que integran las organizaciones que implementen el sistema de gestión (accionistas, socios, funcionarios públicos, empleados, obreros, proveedores, distribuidores, etc.) encuentren en ellas la posibilidad de desarrollarse de manera integral y que se comprometan con el fortalecimiento y el éxito de la organización en la que se encuentran.
  4. La Visión es que en todas las organizaciones se reconozca que la persona es el centro de toda la vida social y económica y que se dé testimonio de ello.

BENEFICIOS

  1. El certificado CRESE, signo visible de que una organización ha implementado con éxito el sistema de gestión, promueve la imagen y las ventas de las empresas.
  2. El sistema de gestión no atenta contra la rentabilidad de las empresas, al contrario, con este sistema todas las organizaciones se fortalecen, mejoran su eficiencia y rentabilidad.
  3. El sistema de gestión da seguridad y garantiza a los directivos de las empresas que las relaciones de su personal con los clientes, proveedores y demás grupos de interés se manejarán cada día con mayor calidad.
  4. Otros ejemplos ilustrativos de los beneficios más importantes se encuentran en la página de Internet http://www.empresaresponsable.org/ (sección Beneficios).

ALIANZAS, AVALES

Ya se han sumado a esta iniciativa, además de las empresas y organizaciones de gobierno que están implementando el sistema de gestión, diversas instituciones empresariales y de la sociedad civil, entre las cuales se encuentran:

  1. CANACINTRA Estado de México,
  2. Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción delegación Estado de México,
  3. Cien ciudades unidas por la Paz (asociación española),
  4. México es Nuestro Compromiso AC,
  5. Fundación Tercer Sector,
  6. USEM Toluca,
  7. USEM DF,
  8. entre otras organizaciones.

domingo, 26 de octubre de 2008

¿Cuándo un banco vende un crédito hipotecario, sólo vende un producto financiero o vende también una relación con una familia?

La actual crisis financiera pone en evidencia lo que la Doctrina Social de la Iglesia dice desde hace tiempo: cuando un sistema económico o financiero entra en crisis no es nunca por motivos económicos o financieros, sino porque en el fondo ha ocurrido una herida al sistema moral global.
El deseo exclusivo de ganancias y las desordenadas prácticas especulativas no son en sí mismas actitudes sólo económicas sino ante todo humanas. Y efectivamente, si vamos a las causas principales de la crisis actual, descubrimos que son de carácter moral antes que financiero.
Sustentar la importancia de la ética en las finanzas no quiere decir subestimar las posibles intervenciones correctivas para la fuerte crisis actual, sean tanto de carácter inmediato como de mediano y largo plazo. Estas, en cambio, no podrán prescindir del empeño en reconstruir un marco normativo y una praxis que respondan también a exigencias morales.

Newsletter n.168
Verona, 22 Ottobre 2008
Stefano Fontana y Giorgio Mion a nombre del observatorio Van Thuan.

martes, 14 de octubre de 2008

¿Por qué me conviene que mi empresa sea más humana?

No se trata de paternalismo ni de ingenuidad. Más bien consideramos que es propio de líderes visionarios e inteligentes.

Cuando una persona esta comprometida con una empresa esta dispuesta a dar mucho más que otras que no están comprometidas y me parece que ese esfuerzo adicional puede marcar la diferencia entre el éxito de una empresa más humana y el fracaso de otra menos humana, sobre todo en épocas difíciles.

Un ejemplo extremo que puede servirnos como comparativo son las organizaciones de la sociedad civil en las que la gente normalmente se involucra sin cobrar un sueldo o cobrando poco. La gente no está ahí solo por el dinero que obtiene sino también por un fin más allá de lo material. Nos parece que el compromiso que encontramos en estas organizaciones también se puede encontrar en el personal y en todos los demás grupos de interés de las empresas mercantiles cuando estas favorecen el desarrollo integral de todas las personas .


¿Por qué me conviene?
  1. Porque me permite establecer relaciones generosas y duraderas con todos los grupos de interés de la empresa para beneficiarse todos en tiempos de abundancia y apoyarse en tiempos de crisis, por ejemplo:

    1. Los accionistas preferirán conservar sus acciones.

    2. Las empresas de la cadena de suministro podrán aceptar con menor dificultad una nueva negociación para poder continuar generando negocio y empleos.

    3. Los clientes seguirán comprando: Esta comprobando que el 44% de los consumidores da preferencia a las empresas que han establecido programas de calidad humana y responsabilidad social.

    4. El personal se quedará en la empresa: Esta demostrado que 87 de cada 100 personas prefieren quedarse en empresas congruentes con la calidad humana y responsabilidad social contra el 13 de cada 100 que prefieren no quedarse.

  2. Porque me da la oportunidad de potenciar la capacidad creativa del personal para sobrevivir, aumentar la productividad, crear nuevas estrategias y generar mejores negocios en el presente y a futuro.
  3. Porque todas las acciones obligadas o urgentes que la empresa tenga que realizar para disminuir las dificultades darán mejores resultados.
  4. Porque es una buena oportunidad para acercarme más a mi personal y revertir el daño que actualmente vivimos con la pérdida de valores.
  5. Porque tengo la oportunidad de establecer en la empresa políticas más humanas que sean la base para el crecimiento futuro.
  6. Porque solo cuando las empresas son más humanas se pueden aprovechar mejor las oportunidades que nos dan las crisis.

    1. ¡Es la oportunidad de fortalecer a tu gente y su compromiso con la empresa!


      Si no has pensado en esto, es el momento de hacerlo. Siempre habrá épocas de crisis y qué bueno es tener a alguien que pueda darte una mano en esos tiempos para salir adelante.


      Nuestro grupo es altamente intensivo en personal. A la fecha laboran más de 80 mil personas. Llevamos 60 años de vida, y en todo ese tiempo hemos tenido paz y armonía laboral. No hay paros, ni huelgas, ni serias manifestaciones de inconformidad
      Organización Bimbo.


      Te puedo comentar que en otras crisis que hemos vivido, como la del 95, es un hecho que el personal en general entiende y apoya. No vivimos reacciones agresivas ni resistencia a las nuevas condiciones y circunstancias laborales”.
      Tiendas Garcés.

    lunes, 8 de septiembre de 2008

    Ley de salario familiar.

    …Como veremos este tema que se discutió hace más de 60 años en Argentina sigue siendo muy actual para nuestro país.

    Varias décadas atrás, más precisamente el 24 de octubre de 1941 se sancionaba la Ley 2986 por la cual los empleados de al Administración Provincial gozarían, además del sueldo fijado por el presupuesto anual, una asignación familiar que consistía en la cantidad de cinco pesos por hijo legítimo, y se extendía al cónyuge cuando estuviese incapacitado. La aprobación de la misma y su posterior reglamentación por el Gobernador Joaquín Argonz con fecha 1º de enero de 1942, colocaba a nuestra provincia entre las más avanzadas sociedades en materia de protección social para sus empleados y familias, en la línea impulsada por los grandes Pontífices católicos a través de Rerum Novarum y Quadraggessimo Anno, aplicada en las grandes naciones europeas y resistida por el parlamento nacional en diversas oportunidades.

    El autor del Proyecto

    En la sesión del 16 de mayo de 1941, con la fuerza que lo caracterizaba, el Senador por Rosario Francisco Casiello presentaba el proyecto de Ley que instituía el Régimen de Asignaciones Familiares para los trabajadores estatales, ya que a su juicio los sueldos de los mismos estaban “... muy por debajo del mínimo del costo de vida, sobre todo si se los relaciona con las funciones asignadas al empleado y a sus cargas de familia”. El citado legislador pertenecía a la pléyade de católicos sociales y militares de los Círculos Católicos de Obreros y la Acción Católica que se destacaron a nivel nacional como Arturo M. Bas y Juan Cafferatta, como así también a nivel provincial entre los que sobresalen César Berraz y Ramón J. Doldán.

    Fundamentos de la Ley

    Señala Casiello que aquella concepción del liberalismo, por la cual se considera al trabajo una mercancía y que ha terminado generando la reacción justa de los trabajadores, aunque acaparada ideológicamente por el marxismo, hacia los años cuarenta se había agravado por concebir “... al hombre como una máquina, como ente individual, sin atender ni a su verdadero carácter ni a su función social”. Sin embargo, este hombre explotado es un ser inteligente, dotado de alma inmortal, llamado a un destino trascendente, tanto en lo temporal como en lo sobrenatural. Y en virtud de ésas características que lo constituyen “... en ente social por excelencia”, destinado a convivir en sociedad, aparece la institución familiar, en la cual este hombre junto a su esposa e hijos encuentra el campo natural para el desarrollo de sus facultades, la satisfacción de sus deberes esenciales. Para Casiello, el trabajo no se agota en quien lo realiza, y siendo personal (en cuanto que es actividad propia del hombre), es necesario ya que sirve no solo a su propio sustento sino también al de los suyos. Por esta razón y tras recordar que el trabajo es un derecho-deber, precisa que la retribución del mismo “... debe ser suficiente no solo para atender las necesidades más premiosas de la familia, sino también para cubrir las ulteriores necesidades de ésta, en el cumplimiento de su misión y en la previsión de sus riesgos”. Cuarenta años después, Juan Pablo II reafirmaría en “Laborem Exercens” que “una justa remuneración por el trabajo de la persona adulta que tiene responsabilidades de familia será aquella que sea suficiente para fundar y mantener dignamente una familia y asegurar su futuro”, y que más allá de la modalidad que adopte (salario familiar u otro tipo de “ayuda social”) debe corresponderse con las necesidades efectivas, en otras palabras, “... al número de personas a su cargo durante todo el tiempo en que no estén en condiciones de asumir dignamente la responsabilidad de la propia vida” (Nº 19).

    La suerte del proyecto

    Salvo la oposición del Senador Ravena ya que parte del financiamiento de la nueva ley saldría de un impuesto al Jockey Club, otros senadores reivindican el espíritu de la Ley como Grassi quien señala que ante la crisis que viven los sectores trabajadores, “... quizás el salario no sea la solución, pero es indiscutiblemente una solución”. Este mismo senador, llegará a decir con palabras que parecen para nuestros días: “El clamor crece ¡Ay de nosotros, señores legisladores - y empleo el término “legisladores” en su más noble acepción - si no oímos el clamor. Sería inútil -y voy a repetir a Mons. D’Andrea -, recurrir a la caridad y las sociedades de beneficencia; el pueblo quiere trabajo y no quiere limosnas. ¡Ay de nosotros si no sabemos procurárselo!”. Por su parte, el Senador Questa no dejó de reivindicar la importancia de la familia, la cual a su juicio estaba experimentando una crisis profunda, por lo que era importante todo lo que se pudiese hacer en su favor, y si bien era imposible por parte del Estado un aumento de salarios, éste no podía desentenderse de la situación apremiante de miles de hogares humildes. Por ello sostendrá que al menos debía atenderse “... a sus cargas de familia, especialmente a sus hijos, que constituyen para la sociedad y para el país el más caro de sus patrimonios”. No menos importante había sido la postura de Joaquín Argonz durante la campaña electoral que lo llevó a la Gobernación de la Provincia, quien respecto a éste tema había manifestado: “Considero el salario familiar para empleados y obreros una gran conquista social, inspirada en las generosas concepciones del catolicismo, y con la colaboración valiosa de muchos estudiosos que han investigado este problema, hemos de esforzarnos por llevarla a la practica”.

    Sanción de la Ley

    Con las firmas de Emilio Leiva y Leoncio Gianello -Presidentes de las Cámaras de Senadores y de Diputados respectivamente -, la Legislatura Provincial sancionaba con fuerza de Ley el proyecto de Asignaciones Familiares - que si bien tenía algunas variantes - en lo medular se correspondía con el del Senador Francisco Casiello. Serían beneficiarios de la misma, los trabajadores que tuviesen hijos legítimos, legitimados o naturales menores de 16 años, y en el caso de los que cursaban estudios se extendía hasta los 18, que no gozaran de un sueldo superior a trescientos pesos o de cuatrocientos cincuenta si trabajaba la esposa o si los hijos ó si los hijos solteros aportaban al hogar, y en el caso de que la suma de los ingresos de ambos esposos no alcanzara a los trescientos pesos, se incluía a las hijas solteras hasta los 22 años. Tras otras consideraciones operativas (altas, bajas, etc.) se precisaba que dicho salario era inembargable y tampoco podía cederse, afectarse o comprometerse a favor de terceros por ninguna razón, a la par que creaba una Junta de Asignaciones Familiares para velar por el cumplimiento de las normas establecidas y para estudiar la posibilidad de acordar contribuciones especiales para los nuevos matrimonios que se formalizaren y para cada nacimiento.

    Epílogo para nuestro tiempo

    Desde su universalización en 1957, el salario familiar ha sido motivo de cortes y recortes, dándose la paradoja que por una parte todos hablan de preservar la familia y por otra acometen contra las magras asignaciones con las que teóricamente se la quiere fomentar. En éste momento crítico que estamos atravesando como país - a lo que se suma la delicada situación internacional - la única receta (que se viene aplicando desde años y con resultados a la vista) parece ser la precarización laboral, la sobrecarga horaria y los bajos salarios. También eran críticos aquellos momentos, de guerra mundial y carestía popular, pero Francisco Casiello, animado por la verdad que brota del Evangelio, la ley natural y la Doctrina Social no dudaba en señalar para sostener su proyecto, desnudando la mentira del “no se puede”: “Mientras la gran contienda que hoy desangra al mundo cierra una época y abre las puertas a otra, hagamos nosotros lo que esté de nuestra parte, para que ella sea lo más feliz que pueda esperarse. Dignifiquemos al hombre. Hagamos que impere en la medida de lo posible la justicia social. Afiancemos, sobre todo, a la familia, que es la célula de la sociedad. Consideremos al hombre, no como un individuo, como a un sujeto aislado, tal como lo quiso el concepto filosófico liberal, sino como un “ente social”. Amparémoslo en lo que tiene de más sagrado. Amparémoslo como padre, como jefe de familia”. Sin dudas, un hito de nuestra historia social para recordar y un ejemplo para imitar. Pbro. Edgar Gabriel Stoffel.

    lunes, 25 de agosto de 2008

    Con una población de más de cien millones de habitantes,

    Un niño o niña con cualidades solo necesita dos ciclos olímpicos para formarse como deportista de alto rendimiento, pero se requiere tener una política de estado que verdaderamente promueva el deporte desde edades tempranas y dirigentes deportivos sin conflictos de interés entre la promoción del deporte y su enriquecimiento personal.

    Una o dos horas a la semana de clase de deportes donde lo único que hacen los niños es tener un recreo más, no sirve para cambiar una cultura de sedentarismo y “video jueguismo” en una cultura de deporte, pero una hora diaria enfocada en un deporte si podría hacer una diferencia.

    Esto por si sólo no cambiará las cosas. También se requiere tener instalaciones adecuadas, apoyos económicos, medios de comunicación responsables, y otras cosas más, pero considero que lo más importante es contar con dirigentes realmente comprometidos con el desarrollo del deporte. ¡Si no puedes entonces deja tu lugar a otro que si pueda o que si quiera!

    Con todo y lo dicho, creo que lo importante no es que vayan a los Juegos Olímpicos, pero si que tengamos una población sana, sin delincuencia, sin vicios y más productiva, frutos todos del deporte.

    Es en las escuelas donde debemos empezar a trabajar.

    Entonces, ¿tiene algo que ver el deporte con la Responsabilidad Social?
    Pues, todo… ¿no cree?

    Los beneficios fundamentales que el ejercicio físico regular ofrece sobre la salud son los siguientes:
    Aumenta la circulación cerebral, lo que hace al individuo más despierto y alerta, y mejora los procesos del pensamiento.
    Opera cambios en la mente del hombre hacia direcciones más positivas independientemente de cualquier efecto curativo. Un programa de ejercicio adecuado fortalece la psiquis humana, produciendo moderados efectos pero positivos sobre estados depresivos, ansiedad, estrés y bienestar psicológico.
    Prolonga el tiempo socialmente útil del hombre así como al mejorar su capacidad física muscular eleva sus niveles productivos, por lo que retarda los cambios de la vejez. Asegura una mayor capacidad de trabajo y ayuda al aseguramiento de la longevidad.
    Incrementa el funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio y por tanto el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos.
    Mejora y fortalece el sistema osteo-muscular (huesos, cartílagos, ligamentos, tendones) contribuyendo al aumento de la calidad de vida y grado de independencia especialmente entre las personas con más edad.
    Mejora el aspecto físico de la persona.
    Las alteraciones o enfermedades en las que se ha demostrado que el ejercicio físico es beneficioso, sobre todo como prevención primaria son: Asma, estrés de embarazo, infarto, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, osteoporosis y distintos tipos de cáncer.

    miércoles, 23 de julio de 2008

    Sobre la dignidad de la persona y del trabajo

    Creo que debemos comenzar comentando que la empresa no es una conjugación de elementos, ni un conjunto de actividades, sino una comunidad de personas[1]. Pero ¿Qué es una comunidad de personas? Para entender esta pregunta debemos contestarnos antes ¿Qué es una persona? Es curioso: “La persona se pregunta sobre que es la persona” o como decía agudamente Gilbert Chesterton, el agua no tiene sed y el ser no sabe que existe.

    En un taller, los mecánicos deben conocer perfectamente bien el funcionamiento del automóvil y de cada una de sus partes para valorarse como mecánicos de verdad; ¿Qué pasa en las empresas? ¿Conocen los directores lo que es la persona? Es de llamar la atención que muchos de los actuales directores de empresas no conocen de este tema más que por su propia experiencia.

    La filosofía clásica ha delineado una idea de la persona que persiste subyacente en todas las grandes civilizaciones duraderas de la historia. En resumen diríamos que conforme a la filosofía clásica, la persona se caracteriza por dos notas: dominio de si mismo y afán de trascendencia. Sin embargo, a lo largo del siglo XX aparecieron diversas ideas, supuestamente fuertes, contrarias al concepto clásico vigente. Aunque tales concepciones han mostrado su debilidad congénita dentro del mismo siglo en el que aparecieron, feneciendo prácticamente con sus propaladores, han dejado sus restos dentro del modo de trabajo de la empresa.

    Nos referimos a la persona como la concibieron Marx (materialismo), Freud (psicologismo del inconsciente), Darwin (evolucionismo), Nietzsche (superhombre), Skinner (conductismo) y Marcuse (hedonismo libertario). Estas distintas concepciones del ser humano generan consecuentemente modos de conducta diversos y, también por ello mismo, éticas diferentes, aunque sólo una de ellas constituirá el verdadero desarrollo de la verdadera persona.

    Quien asume la tarea de conducir el trabajo de una empresa debe optar por un concepto de persona que sea verdadero y viable. Esta es una tarea de la que el empresario no puede excusarse, pues la causa principal por la que han fracasado los intentos de reivindicar la moral en la empresa, reside precisamente en la tarea de diseñar códigos de ética sin precisar previamente lo que es la persona.

    La persona es fuente de valor de toda otra realidad y de toda otra persona; la razón de su dignidad es su posesión de espíritu cuya existencia se puede afirmar desde un punto de vista filosófico porque es capaz de:

    1. Concebir ideas abstractas o de abrirse un panorama;
    2. Conocer realidades inmateriales o de establecerse finalidades superiores a sí;
    3. Auto-reflexión;
    4. Ser libre;
    5. Desarrollarse de manera ilimitada.

    La persona al recibir el calificativo de digna, no solamente es calificada como la realidad más valiosa de la empresa, sino como aquella realidad que fundamenta o dota de valor a la empresa entera. Si la empresa careciera de la persona, perdería su carácter de empresa. Todo lo que hay en la empresa tiene un valor en la medida que se relaciona con la persona.

    Ante la actual visión materialista de la empresa, es necesario realizar en ella una tarea de personificación. Esta personificación comienza por la reivindicación del trabajo sobre el capital[2] y termina con el convencimiento de que detrás de cada actividad realizada en el trabajo hay una persona, lo mismo que detrás de la inversión aportada.

    En fin, el tema da para mucho más, pero podríamos concluir este documento diciendo que el proceder ético de una empresa se resume en el auténtico desarrollo total de las personas que lo integran incluyendo con las que establece relaciones.


    [1] Definición de empresa: Comunidad de personas que aportan conjuntamente su trabajo directivo, su trabajo operativo y su inversión (en cuanto trabajo suyo o de los suyos acumulado en forma material).


    [2] “Es difícil realmente determinar los derechos y deberes dentro de los cuales hayan de mantenerse los que aportan el capital y los que ponen el trabajo”. Papa León XIII, encíclica Rerum Novarum (1981).

    lunes, 23 de junio de 2008

    EL SALARIO JUSTO UN RETO PARA LA RESPONSABILIDAD SOCIAL. DISCURSO DEL DOCTOR GUILLERMO ARROYO EN LA EXPO MANAGEMENT 2008 DE LA CIUDAD DE MÉXICO.

    Qué entendemos por Responsabilidad Social:
    La responsabilidad social corporativa, también llamada responsabilidad social empresarial, puede conceptualizarse como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, con el objeto de mejorar su situación competitiva, conseguir una mejor valoración de parte de sus Stakeholders e incrementar su valor agregado.
    Una Empresa Socialmente Responsable es aquella que tiene el compromiso consciente de cumplir íntegramente con la finalidad de la empresa, respetando las expectativas de todos sus participantes en lo económico, social, humano y ambiental, poniendo por obra los valores éticos, que estos compromisos reclaman, por lo que la responsabilidad social corporativa va más allá del cumplimiento de las leyes, dando por supuesto su respeto y su estricto cumplimiento.
    Bajo este concepto, la dirección corporativa engloba un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental, que deberán buscar la excelencia en el seno de la empresa, atendiendo con especial atención a las personas y sus condiciones de trabajo, así como a la calidad de sus procesos productivos.
    Hablar de una Empresa Socialmente Responsable, como ha podido apreciarse, va más allá del cumplimiento estricto de la normas legales, de desarrollar ciertas actividades de responsabilidad social, como son las acciones filantrópicas, constituir una fundación o llevar a cabo alguna acción análoga. Implica un compromiso de los accionistas, directivos, personal y de todos los involucrados en sus actividades, para implantar una estrategia corporativa congruente en toda la operación de le empresa, que abarque todas las áreas de la corporación y sus relaciones externas, incluso, va más allá de la mera formulación de unos valores corporativos, se requiere poner en práctica una ética empresarial y de forma holística.
    Prueba de ello, son todos los aspectos, que revisan los organismos especializados para certificar como responsable socialmente a una empresa. Esta certificación, como casi todas, implica un proceso de mejora continua.
    A continuación se presentan los aspectos que analiza Empresa Responsable A. C., en calidad de empresa certificadora en esta materia:
    Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la responsabilidad social de la empresa, con los trabajadores y la comunidad son:
    1. Servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas.
    2. Crear riqueza de la manera más eficaz posible.
    3. Respetar los derechos humanos con unas condiciones de trabajo dignas que favorezcan la seguridad y salud laboral y el desarrollo humano y profesional de los trabajadores.
    4. Procurar la continuidad de la empresa y, si es posible, lograr un crecimiento razonable.
    5. Respetar el medio ambiente evitando en lo posible cualquier tipo de contaminación minimizando la generación de residuos y racionalizando el uso de los recursos naturales y energéticos.
    6. Cumplir con rigor las leyes, reglamentos, normas y costumbres, respetando los legítimos contratos y compromisos adquiridos.
    7. Procurar la distribución equitativa de la riqueza generada.
    La revista Mundo Ejecutivo, nos dice refiriéndose a las empresas, que son pocas aquellas que han creado áreas especializadas para manejar la información derivada de los programas de Responsabilidad Social y más pocas aún, las que han establecido esquemas de medición y seguimiento de resultados; sin embargo, se percibe un interés creciente en este sentido.
    Un reto para una Empresa Socialmente Responsable, dada la disparidad que existe en la distribución del ingreso , está en determinar con justicia y equidad la retribución del trabajo, sin perder la competividad económica. Lo que parece una contradicción, puede ser sólo una paradoja.

    Justicia y Equidad en la retribución del trabajo.

    Aristóteles en su ética a Nicómaco nos dice que “la justicia es la única, entre las virtudes, que parece referirse al bien ajeno, porque afecta a los otros; hace lo que conviene a otro, sea gobernante o compañero. Esta clase de justicia, entonces, no es una parte de la virtud, sino la virtud entera, y la injusticia contraria no es una parte del vicio, sino el vicio total

    “Y tal es la naturaleza de lo equitativo: una corrección de la ley en la medida en que su universalidad la deja incompleta. Ésta es también la causa de que no todo se regule por la ley, porque sobre algunas cosas es imposible establecer una ley, de modo que es necesario un decreto. Pues de lo que es indefinido, la regla también lo es, y como la regla de plomo usada en las construcciones lesbias, que no es rígida, sino que se adapta a la forma de la piedra; así también los decretos se adaptan a los casos” . (Hasta aquí la cita)

    El estagirita hace una distinción entre lo equitativo y lo justo, razón por la cual hace referencia al decreto, como puede apreciarse en el párrafo anterior, con lo que se podrían considerar como conceptos complementarios, como puede apreciarse a continuación: “Con esto queda también de manifiesto quién es el hombre equitativo: aquel que elige y practica estas cosas justas, y aquel que, apartándose de la estricta justicia y de sus peores rigores, sabe ceder, aunque tiene la ley de su lado. Tal es el hombre equitativo, y este modo de ser es la equidad, que es una clase de justicia, y no un modo de ser diferente” .

    En estos conceptos se aclara que no todo puede estar regulado y definido por una ley y así aplicar la justicia, sino que es necesario pensar en una virtud que rebasa los rigores legales, que busca el bien ajeno no obstante que la ley lo ampare, por lo que parece bastante atinado el concepto de justicia que reza de la manera siguiente: Dar a cada uno lo que le corresponde, según sus personales circunstancias; o como dice Josef Pieper, “A cada uno los suyo” .

    Distintas ramas de la justicia.

    Justicia distributiva, conceptualiza la idea de comparación: “La justicia y la equidad son básicamente comparativas: se ocupan del tratamiento comparativo que reciben los miembros de un grupo cuando se reparten los beneficios y las cargas entre sí y cuando la gente es castigada por faltas que han cometido o se les recompensa por las faltas de que han sido víctimas. Aunque los términos “justicia” y “equidad” se utilizan de forma casi indistinta, solemos reservar la palabra justicia para cuestiones que son especialmente graves, aunque algunos autores han sostenido que el concepto de equidad es aún más fundamental” .

    La justicia de la igualdad, pretende una repartición igual de beneficios y cargas, sustentada en la declaración de la constitución americana: todos los hombres han sido creados iguales, principio del que parte la emancipación de los esclavos, la prohibición de la discriminación, el sufragio universal, etc. Sin embrago no todos los seres humanos tienen las mismas capacidades, ni realizan el mismo esfuerzo, etc. consecuentemente la igualdad económica, no puede ser absoluta en cuanto a ingresos y riqueza, aunque si debe darse en cuanto a las oportunidades.

    La justicia de la distribución, “Según esta perspectiva “capitalista” de la justicia, en términos sencillos, los beneficios deben distribuirse según el valor de la contribución que el individuo hace a una sociedad, una tarea, un grupo o un intercambio” .

    Justicia basada en necesidades y capacidades. Se puede sintetizar así: “Las cargas de trabajo se deben distribuir según la capacidad de las personas, y los beneficios se deben distribuir según las necesidades de las personas” .

    Justicia del Libertarismo. Se plantea como sigue: “Cualquier distribución de beneficios y cargas es justa, si es resultado de la libre decisión de los individuos de intercambiar con otros los bienes que ya posee.

    John Rawls, propone para una sociedad equitativa el siguiente planteamiento:
    1. Toda persona tiene el mismo derecho a las libertades básicas más amplias que sean compatibles con libertades similares para todos, y
    2. Las desigualdades sociales y económicas se disponen de modo que: a) redunden en el beneficio máximo de las personas que están en más desventaja, y además b) están ligadas a puestos y funciones abiertos a todo el mundo en condiciones de igualdad de oportunidades
    Rawls nos dice que el principio 1 debe tener prioridad sobre el principio 2 si llegan a estar en conflicto, y dentro del principio 2 de la parte b) debe tener prioridad sobre la parte a).

    Los principios se justifican aún más, sostiene Rawls, porque son congruentes con nuestras intuiciones más profundas acerca de la justicia. Los principios que escogen las partes de la posición original coinciden con la mayor parte de las convicciones morales que ya tenemos y, en los casos que no coinciden, según Rawls, estaremos dispuestos a modificarlos para ajustarlos a los principios de Rawls una vez que meditemos sus argumentos” .

    Justicia retributiva. Se plantea como castigar la culpa y premiar el mérito.

    Justicia compensatoria. Se define como la obligación de restituir el daño siempre y cuando se cumplan 3 condiciones: 1. Que la acción que provocó el daño, sea incorrecta o negligente, 2. Que la causa del daño haya sido la acción en cuestión, 3. Que el daño se haya causado conscientemente.

    La ética del cuidado. Dentro de la ética de los negocios, la perspectiva del “cuidado”, la tarea moral no consiste en seguir principios morales universales e imparciales, sino en cuidar y responder al bien de personas específicas y concretas con las que se tiene una relación estrecha y valiosa, lo cual deriva en que la igualdad económica, que no puede ser absoluta en cuanto a ingresos y riqueza, sin embrago, si debe darse en cuanto a las oportunidades.

    La justicia en las relaciones laborales

    La aplicación de la virtud de la justicia en la relación laboral, es una condición que la Responsabilidad Social, considera fundamental. El justo manejo de la relación laboral, data de la antigüedad, ya San Pablo, en el siglo I, en sus Epístolas , da instrucciones de cómo vivirla, de acuerdo a las condiciones de la época. Durante el siglo XIX, se había consumado la transición del régimen de trabajo artesanal al régimen de trabajo contractual, mutando del trabajo gremial al salarial. Surge en esa época de manera explícita, la Doctrina Social Cristiana.

    Cabe aclarar que no puede ser considerada esta doctrina, como una vía adicional o como una tercera vía, para resolver los problemas de justicia social, ya que su objetivo es cuidar que se respete la dignidad de la persona, basada en el profundo conocimiento que tiene del hombre y no ofrece una solución técnica, ya que ésta corresponde a otra ciencia, exigiendo sólo dicho respeto, lo que la hace compatible con cualquier disciplina, que acepte esta condición.

    Dimensión Objetiva y subjetiva del trabajo.

    El trabajo, se ha contemplado con frecuencia como un castigo bíblico, siendo esta una exégesis equivocada, ya que no sólo es útil, sino además ayuda al hombre a crecer en dignidad y es el único camino para cumplir el mandato divino de “Henchid la tierra y sometedla” . El trabajo es un bien humano de incalculable valor. La Doctrina Social hace una distinción entre trabajo subjetivo y objetivo, señalando que la dimensión subjetiva es la que permite al trabajador, realizarse en su trabajo, como persona humana, superando el contenido del mismo, dimensión objetiva. “El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque como es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo. Como persona, el hombre es pues sujeto. Como persona él trabaja, realiza varias acciones pertenecientes al proceso del trabajo; éstas independientemente de su contenido objetivo, han de servir todas ellas a la realización de su humanidad, al perfeccionamiento de esa vocación de persona, que tiene en virtud de su misma humanidad”.

    Esta forma de contemplar el trabajo, ha trazado un camino que permite reconciliar la reflexión sobre éste y su valoración, al restituirle la doble referencia de la actividad humana a su dimensión antropológica, sin limitar esta última al ámbito privado, contemplando su cabal magnitud social y reconociéndola como la “clave” de la cuestión social.

    El trabajo humano puede entonces volver a aparecer como la prioridad de la dimensión subjetiva sobre la dimensión objetiva del mismo, saca al trabajo del círculo puramente mercantil y lo proyecta a la totalidad de la vida social, sin desconocer, por cierto, su dimensión económica. Al trabajar, el hombre no sólo produce bienes transables sino que se produce a sí mismo, esto es, afirma su dignidad humana. Y este aspecto no se puede reducir al ámbito del individuo privado, puesto que afecta la condición humana como tal. No se trata de preferencias, gustos, deseos o ilusiones privadas, sino de la valoración de la “praxis” como construcción de la morada del hombre en su ser-en-el-mundo .

    La Doctrina Social, fundamenta el valor del trabajo en su dimensión subjetiva antes que en la objetiva, dando al trabajo un valor no sólo como satisfactor de necesidades económicas, sino que a través del concepto de dominio sobre la naturaleza, adquiere sentido y valor sólo en la medida en que ayuda a acrecentar la dignidad del hombre . Como puede verse, este aspecto está claramente especificado, en el punto 13, de los requisitos que se requieren satisfacer, para certificar a una empresa como socialmente responsable:

    Que se reconozca la primacía del trabajo sobre el capital, donde las percepciones del personal sumen al menos el 50% del remanente social, promediando los últimos tres años.
    “El desarrollo no debe ser entendido de manera exclusivamente económica, sino bajo una dimensión humana integral. No se trata solamente de elevar a todos los pueblos al nivel del que gozan hoy los países más ricos, sino de fundar sobre el trabajo solidario una vida más digna, hacer crecer efectivamente la dignidad y la creatividad de toda persona, de responder a la propia vocación y por tanto, a la llamada de Dios. El punto culminante del desarrollo conlleva el ejercicio del derecho-deber de buscar a Dios, conocerlo y vivir según tal conocimiento” .

    Perspectivas para una justa retribución.

    El trabajo se considera como el centro de la cuestión social y la aplicación del principio de equidad a las relaciones obrero-patronales, es la “clave” de la justicia en sus tres ramas: conmutativa, distributiva y legal. Además es una de las mayores preocupaciones de la doctrina social.

    Los economistas aplican una serie de criterios, sobre teoría económica, para la determinación del “salario justo”, que varían según la escuela a que pertenezcan, sin embargo podemos considerar, que con sus variantes, aceptan todos, que aquel que cubra las necesidades de alimentación, salud, vestuario, vivienda, esparcimiento y ahorro para la vejez de un adulto con tres dependientes económicos, se considera como justo (neoclásicos, neokeynesianos, post-keynesianos, evolucionistas, marginalistas e institucionalistas.) .

    En el caso de otras escuelas, determinan como “salario justo”, el que estará determinado por el consumo que la sociedad considere como el mínimo indispensable para la subsistencia de sus miembros. Este mínimo estará determinado por la experiencia histórica de la sociedad en cuestión, e influido por razonamientos de orden superior como son la ética dominante. Sin embargo parece ser, que hablar de consumo mínimo y de ingreso necesario para cubrir un mínimo de necesidades, no constituyen, esencialmente una gran diferencia, con el concepto de salario justo indicado.

    El administrador de recursos humanos, para efecto de determinar la compensación del trabajo, realiza un estudio de análisis y valuación de puestos. Estos estudios tienen por objeto conocer a detalle todas las funciones, responsabilidades y capacidades necesarias para desempeñar un puesto. Partiendo del análisis realizado, se determina la importancia relativa que tienen los puestos entre sí, mediante la definición de cuales son los factores que deben darle valor a un puesto. Posteriormente, se otorga un valor cuantitativo a cada uno de los puestos. Una vez valuados, se realiza un ordenamiento de los mismos, para que posteriormente se pueda determinar el rango de sueldo que debe pagarse a ese puesto. Generalmente para determinar el rango de compensación que le corresponde al puesto, se toma en consideración lo que el mercado de trabajo señala, mediante encuestas que se realizan entre los distintos empleadores del mismo ramo. Con toda esa información, se fijan los tabuladores de salario por puesto, para poder compensar el desempeño.

    Salario justo, conforme a la doctrina social.

    El problema del salario, lo juzga la Doctrina Social desde varios ángulos, mismos que a continuación se estudian:

    Los ingresos que recibe la empresa como resultado de sus operaciones, deben distribuirse prudencial y justamente, para poder lograr los fines de la misma. Dentro de esta distribución hay que tomar en cuenta que una parte debe destinarse a retribuir equitativamente al trabajo, lo que implica que por favorecer al capital, no se perjudique al trabajador y viceversa, cuidando además de no afectar el bien común.

    La empresa además de pagar compensaciones equitativas por el trabajo, tiene la obligación de ser fuente de desarrollo y realización del trabajador , llevando a cabo programas de capacitación y desarrollo; fomentar y mantener la capacidad de ahorro entre los trabajadores, participarles de los beneficios, proporcionarles la seguridad social conveniente, canalizar inversiones a los sectores en donde más falta haga el desarrollo, proporcionar condiciones de estabilidad laboral, establecer criterios objetivos de evaluación para determinar ascensos y promociones. Para lograrlo tendrá la obligación de poner por obra el principio de subsidiariedad, en caso de ser necesario. Estas consideraciones no implican que se falte a la equidad, descuidando los otros fines de la empresa.

    La empresa, para poder cumplir con estas obligaciones requiere que se le respeten los siguientes derechos: la libre asociación con el objeto de poder impulsar el proceso productivo, libertad para contratar, libertad para organizar el proceso productivo, libertad para elegir dónde y cuándo invertir, respeto a la unidad de la empresa, libertad para lograr la eficiencia y la eficacia de sus colaboradores, así como respeto, lealtad, cumplimiento de sus obligaciones y de sus contratos, por parte de dichos colaboradores. Posibilidad de intervenir en la vida pública, protección a la propiedad privada.

    El trabajo no puede ser valorado justamente ni remunerarse equitativamente si no se tiene en cuenta su carácter social e individual. De este doble aspecto, individual y social, intrínseco por naturaleza al trabajo humano, brotan consecuencias gravísimas, por las cuales deben regirse y determinarse los salarios.

    a) Sustento del obrero y de su familia. En primer lugar, hay que dar al obrero una remuneración que sea suficiente para su propia sustentación y la de su familia (Cf. Enc. "Casti connubii") Justo es, por cierto, que el resto de la familia concurra según sus fuerzas al sostenimiento común de todos, como pasa entre las familias sobre todo de labradores, y aun también entre los artesanos y comerciantes en pequeño; pero es un crimen abusar de la edad infantil y de la debilidad de la mujer.

    b) Situación de la empresa. Para determinar la cuantía del salario deben tenerse asimismo presentes las condiciones de la empresa y del empresario; sería injusto pedir salarios desmedidos, que la empresa, sin grave ruina propia y consiguientemente de los obreros, no pudiera soportar. Pero no debe reputarse causa legítima para disminuir a los obreros el salario, la ganancia menor debida a negligencia, pereza o descuido en atender al progreso técnico y económico.

    c) Las exigencias del bien común. Finalmente, la cuantía del salario debe atemperarse al bien público económico. Tampoco debe desatenderse otro punto, quizás de no menor importancia y en nuestros días muy necesario, a saber: que se ofrezca oportunidad para trabajar a los que pueden y quieren trabajar. Esto depende no poco de la fijación de los salarios; lo cual es una ayuda, cuando se encierra dentro de los justos límites, así por el contrario, puede ser un obstáculo cuando los sobrepasa.

    d) Justas proporciones entre salario y precios. Contribuye a lo mismo la justa proporción entre los salarios; con ella se ensalza estrechamente la razonable proporción entre los precios de venta de los productos obtenidos por las distintas artes, cuales son: La agricultura, la industria, y otras semejantes. Esos bienes deben ser suficientemente abundantes para satisfacer las necesidades y comodidades honestas, y elevar a los hombres a aquella condición de vida más feliz que, administrada prudentemente, no sólo impide la virtud, sino que la favorece en gran manera'"( Cf. Santo Tomás. "De regimine principum", I, 15, Enc. "Rerum Novarum", n. 27) .

    Las condiciones para certificación de Empresa Socialmente Responsable, concreta su apartado 12, de la manera siguiente:

    Que el promedio de los salarios del Director General y su staff guarde una proporción equitativa, con el promedio del mismo número de los salarios más bajos en la organización. Los salarios se toman integrados y no se incluyen comisiones. La escala de compensaciones debe partir de un salario mínimo familiar digno y justo.

    Al retribuir equitativamente el trabajo, mantener la planta de personal, la transparencia en la información, la igualdad de oportunidades, en otros términos, desarrollar una relación laboral justa, conforme a lo planteado, no sólo favorece a quienes colaboran en la empresa, sino que la compañía obtiene los siguientes beneficios:

    • Un clima laboral sano donde se capitaliza la experiencia del personal, sustentado en la confianza en el empleo y la justa retribución.
    • Crea identidad, sentido de pertenencia y orgullo en el personal, de pertenecer a una organización.
    • El personal se siente estimulado, contempla el negocio como propio y desarrolla su creatividad e innovación, mejorando así la competitividad.
    • El cliente y público en general, perciben la actitud proactiva y comprometida del personal, obteniendo una mayor satisfacción en el servicio o producto adquirido.

    Conclusiones.

    Como puede verse por lo expuesto, la aplicación del principio de equidad en las relaciones obrero patronales es por demás complejo y sería imposible establecer una fórmula y/o desarrollar una casuística, ésta resultaría inmensa y muy probablemente incompleta. No obstante, los conceptos de salario justo, son coincidentes en sus contenidos, sin embrago tanto los economistas, como los administradores de recursos humanos, reducen el problema sólo a la dimensión objetiva del trabajo, enfatizando el cuidado de la entidad económica. Explicitamente en el caso de los economistas, hablan de una ética dominante, es decir una ética consensuada y de moda, en un determinado momento o época, en una sociedad específica. Parece ser que el criterio ético recomendable para una Empresa Socialmente Responsable, es aquel que concilia intereses, aparentemente opuestos, que es congruente con la recta razón, que persigue ayudar a la persona humana a alcanzar su realización plena y a la entidad económica a lograr su bien común propio. La posición de la Doctrina Social de la Iglesia, es compatible con las diversas técnicas que busquen fijar un salario justo, ya que acepta cualquiera, y sólo pide que se considere no sólo la dimensión objetiva del trabajo, sino que también requiere, se valore la dimensión subjetiva, que se contemplen derechos y obligaciones de todas las partes involucradas, que se contribuya al bien común y no se pierda de vista la dignidad de la persona humana, ni los fines que debe perseguir toda empresa, en síntesis, se puede afirmar que pide aplicar cabalmente los principios de equidad y del bien común, pudiendo elegirse el método o técnica que más convenga.