lunes, 25 de agosto de 2008

Con una población de más de cien millones de habitantes,

Un niño o niña con cualidades solo necesita dos ciclos olímpicos para formarse como deportista de alto rendimiento, pero se requiere tener una política de estado que verdaderamente promueva el deporte desde edades tempranas y dirigentes deportivos sin conflictos de interés entre la promoción del deporte y su enriquecimiento personal.

Una o dos horas a la semana de clase de deportes donde lo único que hacen los niños es tener un recreo más, no sirve para cambiar una cultura de sedentarismo y “video jueguismo” en una cultura de deporte, pero una hora diaria enfocada en un deporte si podría hacer una diferencia.

Esto por si sólo no cambiará las cosas. También se requiere tener instalaciones adecuadas, apoyos económicos, medios de comunicación responsables, y otras cosas más, pero considero que lo más importante es contar con dirigentes realmente comprometidos con el desarrollo del deporte. ¡Si no puedes entonces deja tu lugar a otro que si pueda o que si quiera!

Con todo y lo dicho, creo que lo importante no es que vayan a los Juegos Olímpicos, pero si que tengamos una población sana, sin delincuencia, sin vicios y más productiva, frutos todos del deporte.

Es en las escuelas donde debemos empezar a trabajar.

Entonces, ¿tiene algo que ver el deporte con la Responsabilidad Social?
Pues, todo… ¿no cree?

Los beneficios fundamentales que el ejercicio físico regular ofrece sobre la salud son los siguientes:
Aumenta la circulación cerebral, lo que hace al individuo más despierto y alerta, y mejora los procesos del pensamiento.
Opera cambios en la mente del hombre hacia direcciones más positivas independientemente de cualquier efecto curativo. Un programa de ejercicio adecuado fortalece la psiquis humana, produciendo moderados efectos pero positivos sobre estados depresivos, ansiedad, estrés y bienestar psicológico.
Prolonga el tiempo socialmente útil del hombre así como al mejorar su capacidad física muscular eleva sus niveles productivos, por lo que retarda los cambios de la vejez. Asegura una mayor capacidad de trabajo y ayuda al aseguramiento de la longevidad.
Incrementa el funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio y por tanto el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos.
Mejora y fortalece el sistema osteo-muscular (huesos, cartílagos, ligamentos, tendones) contribuyendo al aumento de la calidad de vida y grado de independencia especialmente entre las personas con más edad.
Mejora el aspecto físico de la persona.
Las alteraciones o enfermedades en las que se ha demostrado que el ejercicio físico es beneficioso, sobre todo como prevención primaria son: Asma, estrés de embarazo, infarto, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, osteoporosis y distintos tipos de cáncer.